Un desconocido lanza un bote de pintura a la fuente de la nueva plaza de los Carros
Un hombre, cuya identidad se desconoce, lanzó sobre las ocho de la mañana del pasado domingo, un bote de pintura de color rojo al interior de la fuente de la plaza de los Carros, en el centro histórico de Madrid, que había sido inaugurada un día antes. El desconocido se dió a la fuga una vez cometido el acto. Las gestiones de la Policía Municipal no lograron localizar al autor de la acción. La plaza de los Carros se ha convertido en zona pasa peatones después de siete meses de trabajo. La inauguración el pasado sábado de las obras, que han afectado también a la costanilla de San Andrés, puso fin a una operación -que ha resultado polémica-, destinada a recuperar para los peatones más de 2.000 metros cuadrados de terreno, antes dedicado al tráfico rodado, y a dotar a la zona de una nueva imagen.
Uno de los puntos que se tuvieron en cuenta a la hora de realizar el proyecto fue el hallazgo, a finales de 1983, de un viaje de aguas árabe. También de la época islámica se encontraron una cueva-vivienda y silos excavados en la arena, donde se guardaba el trigo, y el empedrado y solado del patio de una vivienda del sigo XVI, en cuyo pozo negro se encontraron cacharros de cerámica de los siglos XVI al XVIII. Estos restos han sido preservados bajo el suelo de la plaza en la obra de remodelación y podrán ser visitados por los especialistas.
El aspecto más diferenciador de la obra realizada con respecto a la situación que la plaza tenía anteriormente es el muro de separación, que se ha construido en granito y ladrillo, para separar la nueva plaza de la carrera de San Francisco. La construcción de este muro, que en su parte delantera tiene varios caños de agua, ha permitido nivelar la superficie de la plaza, aunque ha provocado críticas de sociedades dedicadas a la conservación y protección de la ciudad, como el Centro de Estudios sobre Patrimonio Histórico Ambrosio Morales.
Críticas
Los responsables de este centro, al conocer el proyecto, manifestaron que "la remodelación se realiza conforme a una obsoleta ideología de la antigua ordenación de ciudades monumentales, a base de plataformas, escalinatas y otros espacios enfáticos, empedrados con materiales caros, de diversa naturaleza y desafortunado diseño, siempre al margen de la tónica discreta característica de Madrid y de la tradición del propio entorno". A medida que se realizaban las obras creció también el descontento entre una parte de los vecinos, en especial cuando el pasado 14 de septiembre ocho obreros, hacia las seis de la mañama, talaron con motosierras el abeto de 22 años que se levantaba en la antigua plaza. A la tala del árbol, de más de 10 metros de altura, siguió la de los pinos que daban sombra a la zona para viandantes de la plaza.
Como consecuencia de la remodelación, se ha instalado una fuente circular en el centro, a la que bordean ocho ejemplares de Lagerstroemia, llamado popularmente árbol de Júpiter. Este tipo de árboles no alcanza más de cinco o seis metros de altura, lo que, según los técnicos, permitirá tener una mejor visión de la capilla de San Isidro.
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