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Felipe González acusa a Comisiones Obreras de manipular deliberadamente el pacto social hablando de despido libre

El presidente del Gobierno, Felipe González, remitió ayer un telegrama a Marcelino Camacho, secretario general de Comisiones Obreras en el que le acusa de "vulnerar la verdad" y de manipular públicamente el tema del despido libre, sabiendo que es falso que en el acuerdo económico y social (AES) esté recogido. El presidente dice que desde septiembre, en que el PCE se mostró contrario al acuerdo, sabía que CC OO no lo firmaría. El telegrama de Felipe González se produce después de que CC OO reiterara su rechazo al acuerdo en la última de las reuniones oficiales y cuando la CEOE insiste en que el compromiso del Gobierno en el AES "no es archivar las conclusiones de la comisión para la adaptación de la legislación laboral española a la de la CEE, sino remitirlas en forma de ley al Parlamento". El comité ejecutivo de la patronal aprobó ayer por unanimidad, sin ningún voto en contra ni abstención, el texto del acuerdo que será suscrito hoy oficialmente en el Palacio de la Moncloa.

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El presidente del Gobierno, en su telegrama a Marcelino Camacho que encabeza con la frase "señor secretario general y estimado amigo", justifica su envío "por respeto a la verdad y por cortesía" y afirma que el telegrama enviado por Camacho el pasado día 5 vulnera la verdad y es "la base de las declaraciones de los dirigentes de CC OO y del Partido Comunista".Refiriéndose a la frase de Camacho de que el acuerdo "elimina conquistas históricas de los trabajadores, tales como el empleo, con la plasmación del despido libre", el presidente del Gobierno dice "señor secretario general, usted sabe que esto es falso, pero no le importa proclamarlo públicamente". Felipe González asegura que es falso porque no figura en el acuerdo y porque "en ninguna de las conversaciones con dirigentes empresariales se me ha planteado el despido libre como tema a incluir en el acuerdo". El presidente se muestra rotundo en este aspecto subrayando que "es aún más falso porque usted sabe perfectamente que yo no lo consentiría, ni desde mi conciencia de antiguo abogado laboralista, como usted dice, ni como presidente del Gobierno".

Felipe González desvela a Marcelino Camacho que desde que en el mes de septiembre se hizo pública la actitud del PCE contra el acuerdo, "yo tuve la casi absoluta seguridad de que la dirección de CC OO no lo firmaría". Y se pregunta si la afirmación de Marcelino Camacho de oponerse a la aplicación del acuerdo, más que a resolver la crisis no servirá para agravarla "y con ello a agravar también el problema del empleo".

Régimen dictatorial

Volviendo a las afirmaciones de Marcelino Camacho, Felipe González dice que cuando aquél habla de las conquistas de medio siglo, teme no haberle entendido bien, por cuanto el medio siglo ha estado ocupado en un 80% por un régimen dictatorial. Y si Camacho se refiere a Europa, estará de acuerdo en que lo que se dice en el AES es adecuar nuestra legislación a la europea. Tras lamentar que las cosas hayan llegado a este punto", el presidente le recuerda que CC OO aceptó los Pactos de la Moncloa, y después firmó el ANE con Gobierno de UCD, y confía en que "ustedes lleguen a la conclusión de que el Gobierno del Partido Socialista, es, al menos, tan digno de ser respetado para el diálogo como los anteriores".

La contestación del presidente del Gobierno reabre la polémica sobre los compromisos asumidos en el AES con la flexibilización del mercado de trabajo y la lectura que cada uno de los firmantes hace del texto del acuerdo. Ayer, la CEOE, a través de su secretario general, insistía en que el Gobierno tenía el compromiso de, una vez escuchadas las conclusiones de la comisión creada al efecto, remitir al Parlamento un proyecto de ley adaptando nuestra legislación a la de los países de la CEE. A la pregunta concreta de qué haría la CEOE si el Gobierno decidiera archivar las conclusiones de la comisión sobre mercado de trabajo, Juan Jiménez Aguilar, fue rotundo: "Es que el compromiso no es archivarlas, sino remitirlas en forma de proyecto de ley al Parlamento".

Compromiso que, sin embargo, no ve tan claro el subsecretario de Trabajo, Segismundo Crespo, quien afirmaba, por su parte, que del texto del AES no podía interpretarse que hubiera obligación del Gobierno en este aspecto. El AES recoge la voluntad del Gobierno de adaptar la legislación española a la comunitaria, sin fijar fecha. No obstante, en una entrevista publicada el pasado domingo en Diario 16, el ministro de Trabajo admitía la posibilidad de que una vez que se publique en el Boletín Oficial del Estado, en enero de 1986, el acervo comunitario en materia laboral, y tras los resultados de la comisión paritaria, pudiera producirse un cambio en la legislación. En la misma entrevista, Joaquín Almunia, aseguraba que, en el peor de los casos, en materia de despido colectivo, únicamente desaparecería la intervención obligatoria de la autoridad laboral, pero no la consulta a los representantes sindicales.

Diferentes interpretaciones

La exigencia de la patronal de que no fuera preceptiva la autorización administrativa para proceder al despido colectivo, fue uno de los puntos que estuvieron a punto de provocar la ruptura de las negociaciones del AES, salvadas, en último extremo, con la intervención del propio presidente del Gobierno, Felipe González. La fórmula que finalmente aceptaron las partes no parece tener, sin embargo, la misma interpretación para unos y otros. Aunque todos aseguran que lo recogido en el AES no es el despido libre.

De aceptarse la práctica habitual en los países de la CEE, no sería necesaria la autorización de la autoridad laboral para proceder al despido colectivo por causas tecnológicas o de fuerza mayor, lo que, si bien es cierto que no es despido libre en su sentido más puro, sí supone dotar de mayor flexibilidad al mercado de trabajo, y abaratar, dando mayores facilidades, los reajustes de plantilla.

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