_
_
_
_

Rejoneo de invierno

Plaza de Zaragoza. 7 de octubre.Primera corrida de feria

Cinco toros de Ruchena y quinto del marqués de Domecq, que dieron juego.

Álvaro Domecq, silencio. Manuel Vidrié, oreja. Curro Bedoya, silencio. Joao Moura, ovación. Vidrié y Bedoya, silencio. Domecq y Moura, oreja.

ENVIADO ESPECIALLa primera de feria fue un festejo desangelado, con escasísimos retazos de buen toreo a caballo por parte de Manuel Vidrié y todo lo demás estuvo sumido en la vulgaridad y en el frío reinante que campeaba por la plaza zaragozana.

Pasó frío el público, los caballeros, los caballos y hasta los toros que, como en el caso del quinto, sólo quería huir en busca de alguna estufa que le caldeara sus amputados pitones.

No le dieron puerta y en venganza se entableró para lanzar derrotes a la grupa del caballo de Bedoya, cuando éste se empeñaba en sacarle a los medios.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_