'Crisis de segunda' en el INI

Al principio del verano empezaron a circular rumores insistentes de crisis en el Gobierno. ( ... )Ahora la remodelación reaparece, y no es en los titulares de ministerios, sitio en niveles más subalternos, de subsecretarios y secretarios generales técnicos. El centro de atención es el Instituto Nacional de Industria (INI), presidido hasta ahora por un empresario, Enrique Moya, y para cuyo puesto se daba ya anteayer el nombre del subsecretario de Industria, Luis Carlos Croissier. No es este el lugar de analizar las especulaciones que se han hecho -más propias de la crónica política-, pero en todo caso parece que el dato fundamental es la sustitución de un hombre de empresa por un joven político, socialista.

Los problemas del INI vienen de antiguo, pero las pérdidas alcanzan una cuantía incompatible con los propósitos de reducir el déficit público que el señor Boyer pone en la base de su política económica. El INI no ha conseguido tampoco llevar adelante la reforma de la empresa pública, y en las sucesivas huelgas de Iberia la impresión ha sido de falta de autoridad y disciplina, o en todo caso de falta de previsión. El funcionamiento de. la empresa pública es un modelo, bien sea de eficacia o de ineficacia, y cuando está en el poder un partido como el socialista el diagnóstico es aún más importante. Es de suponer que los relevos anunciados ayer serán el prólogo de otros. Queda por ver si los hondos males de la empresa pública se resolverán con cambios de personas.

Esta crisis de segunda revela también tensiones y luchas internas, que a veces toman forma de filtraciones o informes y contrainformes que circulan en torno a los propósitos de llevar adelante una política económica drástica, con incidencia en las filas de la función pública. Si por el momento ha parecido más prudente reducir el alcance de los ceses y nombramientos y mantener a los mismos titulares al frente de los diversos ministerios, lo cierto es que cuesta trabajo creer que las causas que dieron pie a los rumores de cambios en el Gobierno a principios de Verano no subsistan y que, por tanto, más pronto o más tarde Felipe González no se vea obligado a recomponer en profundidad su Gabinete hacia la mitad de la legislatura. La duda está en si el ,cambio será de nombres o de tendencias, especialmente en el área fundamental de la política económica y en el equilibrio difícil entre política de gobierno y política de partido.

, 4 de octubre