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La Guardia Civil sospecha que el asesinato del industrial en Gerona fue un ajuste de cuentas

La Guardia Civil de Gerona sospecha que el a sesinato del empresario genindense José Corvera Coll, muerto de cuatro balazos en la cabeza el pasado lunes en un restaurante de Santa Coloma de Farners (Gerona) constituye un ajuste de cuentas, sin implicaciones políticas.

La Guardia Civil estima que el asesinato puede ser un aviso para otros empresarios de la zona que pudieran estar relacionados con el fallecido en algún negocio, desconocido por los investigadores. Pese a que los responsables de la investigación desconocen el móvil, piensan que el autor es un profesional que actuó pagado.Las 12 personas que presenciaron el tiroteo y que participaban en un almuerzo de negocios con José Corvera no han aportado datos decisivos a los investigadores.

Los miembros del Servicio de Informacíón de la Comandancia de la Guardia Civil de Gerona no sabían la forma en que el asesino logró huir de la zona donde ejecutó a José Corvera Coll. Los hechos se registraron en un salón privado del restaurante Mas Solà, a un kilómetro de la localdad de Santa Coloma de Farners, a las 15.45 horas del lunes. José Corvera Coll, 54 años, uno de los exportadores de piñón más importantes de España, estaba a punto de iniciar un almuerzo de trabajo con otros 11 empresarios del ramo. A la reunión asistió Jaume, el hijo mayor de la víctima.

Un desconocido, un hombre cuyos rasgos físicos se desvanecen en las manifestaciones de los que presenciaron el tiroteo, entró en la sala y tras preguntar quién era José Corvera sacó dos pistolas de su cazadora y, desde muy poca distancia disparó cuatro balazos en la cabeza del empresario. Muchos de los comensales, al oír los disparos ni tan siquiera miraron al agresor, sorprendidos por la sangre y el movimiento del cuerpo, ya sin vida, de Corvera.

El pistolero les comunicó que no le siguieran y al salir al pasillo se topó con un empleado del restaurante, al que también amenazó pero no agredió al comprobar que le franqueaba el paso. Con gran frialdad, el pistolero salió del restaurante y subió a un R-5 metalizado de color azul con matrícula francesa 6497-QG-66, que fue encontado en una carretera cercana.

El equipo de atestados de la Guardia Civil trató de encontrar alguna huella en el automóvil que pudiera dar una pista a los investigadores. Paralelamente a las primeras pesquisas policíales, dos inspectores de la Brigada Regional de Información de Barcelona llegaron a Santa Coloma para conocer más detalles sobre la muerte del empresario. Los inspectores, del grupo especializado en GRAPO (Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre) cercioraron que no se trataba de un atentado terrorista, por lo que se pensé en un ajuste de cuentas.

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La Guardia Civil tiene un denso documento sobre las actividades profesionales y personales del fallecido. Fuentes bien informadas han asegurado a EL PAIS que Corvera era un asiduo jugador en algunos casinos catalanes y del sur de Francia, y que algunos de sus negocios inmobiliarios no habían funcionado. En este último tipo de negocios se le conocen algunas fuertes inversiones en Ridaura, donde construyó la urbanización Arogran.

Las investigaciones se están encaminando ahora hacia las presuntas relaciones del fallecido con un hombre apellidado Riera, conocido traficante de estupefacientes que en estos momentos se halla en Santa Coloma de Farners.

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