El recurso de inconstitucionalidad
El Congreso ha rechazado la enmienda a la totalidad presentada por la oposición de Coalición Popular contra el proyecto de ley presentado por el Gobierno que tiende a suprimir el recurso previo de inconstitucionalidad. El rechazo estaba previsto, dada la mayoría socialista, y no sería un despropósito pensar que Coalición Popular también va a acudir -o se quedará con muchas ganas de hacerlo- al recurso previo de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional contra esta ley que quiere suprimirlo. Así son las cosas de simétricas y automáticas entre las dos grandes formaciones políticas.La discusión jurídica sobre la bondad de dicho recurso o bien su irremediable destino a suministrar un expediente de filibusterismo y de entorpecimiento legislativo cuenta con argumentos en uno y otro sentido, pero sin duda se decanta en favor de esa segunda interpretación, sobre todo porque el uso que de ese recurso ha hecho la oposición ha sido sistemático: un verdadero bloqueo legislativo. Pero la cuestión no está verdaderamente aquí, sino en la respuesta que se dé a la pregunta: ¿podía comportarse, de hecho, de otro modo esa oposición?
Desde luego, se ganan las elecciones para gobernar, y si tiene mayoría en el Parlamento para sacar adelante las leyes que estaban en el programa del partido ganador y que los ciudadanos votaron; pero el Parlamento es precisamente para hablar, transigir y concordar esas leyes, que van a servir para todos y van a regir a todos, cuya plural opinión y voluntad, que en el Parlamento está representada, debe tenerse en cuenta. Porque eso es la democracia, eso es el respeto a las minorías y eso significa la integración de lo que representan en la voluntad de la mayoría.
Todo el proceso que, ahora, lleva a esta tentativa de suprimir el recurso previo comenzó cuando el Gobierno, sintiéndose fuerte y más bien prepotente, puso sobre la mesa proyectos de ley total y exclusivamente suyos, sin integración, ni la mínima ósmosis o transacción con el pensamiento y la voluntad de otros grupos políticos; y la oposición los rechazó igualmente en su totalidad o haciendo sobre ellos un número tal de enmiendas que llegó a resultar algo pintoresco, como en el caso de la LODE, o lo que es lo mismo, una actitud absolutamente estéril, aunque fuera reluciente para la galería. ( ... )
, 27 de septiembre
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