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Gobierno vasco, diputaciones y PNV intentan lograr un acuerdo sobre la ley de Territorios

La voluntad de superar la crisis interna que aqueja al PNV presidió ayer la reunión que celebraron, en medio de un gran sigilo, los portavoces de la ejecutiva del partido, los máximos representantes del Gobierno vasco y los presidentes de las tres diputaciones. Fuentes de la dirección nacionalista declararon a este diario que, pese a las discrepancias suscitadas entre el Ejecutivo autónomo y la Diputación de Vizcaya, "hay fórmulas intermedias que, de no existir tantos personalismos, lograrían poner fin a las tensiones".

Con dos días de antelación, a la celebración del Alderdi Eguna (día del partido), la principal preocupación de los dirigentes nacionalistas era la imagen que el PNV pueda ofrecer ante sus bases que, tras las últimas tensiones, no han ocultado su escepticismo.Los representantes del máximo órgano de dirección del Partido Nacionalista Vasco se reunieron ayer con el Iendakari Carlos Garaicoetxea, el vicepresidente del Gobierno, Mario Fernández, el secretario de Presidencia, Juan Porres, con los tres presidentes de las diputaciones provinciales a fin de llegar a un acuerdo definitivo sobre la controvertida Ley de Territorios Históricos. La necesidad de que el PNV se presentara en el Alderdi Eguna este domingo como un partido, si no unido cuando menos con las tensiones superadas, era la mayor preocupación de los dirigentes nacionalistas que mantuvieron ayer el encuentro.

Las tres partes, Gobierno vasco, ejecutiva del PNV y diputaciones provinciales presentaron ayer, por escrito, sus argumentos para defender la correspondiente interpretación que cada una realiza de la Ley deTerritorios Históricos. Carlos Garaikoetxea, que dedicó toda la mañana a repasar los últimos detalles de sus apuntes, se mantenía firme, como lo anunció en el Parlamento, en interpretar la distribución de competencias económicas entre el Gobierno vasco y las diputaciones, tal y como quedó fijada en la ley que aprobó la Cámara autónoma el pasado año.

Las diputaciones provinciales, sin embargo, reclamaban su capacidad para intervenir en aquellos asuntos que sean de interés general pero que afecten a su correspondiente territorio.

La dirección del partido, por su parte, se presentó con la intención de asumir un papel de arbitraje a pesar de que en el polémico documentó que difundió la pasada semana se dejaba influenciar por la trayectoria de las diputaciones forales que, antes de que se aprobara el Estatuto de Autonomía eran, en Euskadi, las máximas instituciones.

Buena parte de los militantes del PNV, mientras tanto, no ocultan su escepticismo frente a la celebración de una festividad (el Alderdi Eguna) que, hasta la fecha, ha supuesto el máximo reto de convocatoria del mencionado partido.

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