Los planos del Tornado y del Caza 90 pueden estar en Moscú
Un nuevo caso de espionaje ha producido gran inquietud en los ambientes políticos y periodísticos de la República Federal de Alemania. Se teme que Manfred Rotsch, de 60 años, jefe del departamento, de proyectos de la empresa Messerschmidt-Boelkow-Blohm (NBB) detenido bajo la sospecha de espionaje, pueda haber entregado a la Unión Soviética los planos del Tornado y del avión de, combate europeo (EFA, también conocido como Caza 90), proyecto previsto para la década de los 90 en el que participa España
El caso de Rotsch parece arrancado de una novela de espías, con minicámaras, buzones secretos, y otros elementos propios de las películas de James Bond. Como suele ser habitual en estos casos, el presunto espía, un ingeniero del departamento de proyectos de la MBB, llegó de la República Democrática Alemana (RDA), para trabajar en la RFA en organizaciones de derecha, como la Unión Cristiana Social de Baviera (CSU) de Franz Josef Strauss. El presunto espía fue candidato a concejal de la CSU, partido al que estaba afiliado, y pertenecía a la organización de alemanes originarios de Los Sudetes, región de Checoslovaquia de donde procedía.
Al servicio del KGB
Hasta ahora, según fuentes de la Fiscalía Federal de Bonn, Rotsch sólo ha confesado haber espiado para el servicio de seguridad soviético (KGB), pero se ignoran las dimensiones de los secretos que el ingeniero ha podido entregar.
Sobre este punto hay discrepancias. Portavoces de la empresa MBB excluyen que Rotsch haya podido entregar los planos completos del Tornado a la Unión Soviética. Sin embargo, el periodista de Bonn Peter Quay, que tiene buenos contactos con los servicios secretos de la RFA, escribió una crónica en la que cita a un alto funcionario de los servicios de seguridad que comentó el caso de espionaje con la frase siguiente: "Si Rotsch pasó todo lo que sabía, y tenernos que suponer que ha sido así, entonces, que Dios se apiade de nosotros". Según fuentes de los, gervicios de seguridad de la RFA, Rotsch es un pez gordo, "uno de los agentes de mayor calibre de los últimos tiempos". El periodista Quay asegura que "los soviéticos conocen ahora con seguridad todos los planos hipersensibles de la electrónica del cazabonibardero Tomado", y añade que también los planos. del Caza 90, el avión europeo de la nueva generación, están ya en poder de la Unión Soviética. Según los expertos que le interrogaron, Rotsch es un "verdadero profesional, que sólo ha confesado aquello que está plenamente demostrado" y no puede negar.
Todo parece indicar que el ingeniero acusado del espionaje trabajaba solo. Rotsch llegó a la RFA en 1954, procedente de la RDA, aunque'no, está claro si como refugiado o emigrado legalmente. El ingeniero trabajó primero en la empresa aeronáutica Junkers y entró en la MBB a mediados de los años'sesenta. A partir de 1975, pasó a ocupar un puesto de responsabilidad, y en el momento de su detención estaba al frente del departamento de proyectos.
Sobre los motivos del detenido no ha trascendido una información oficial, pero filtraciones dan a entender que el dinero ha jugado un papel importante, aunque el ingeniero llevaba una vida discreta y sin grandes dispendios económicos en un pueblo de la alta Daviera.
La empresa MBB incorporó a fines de los años sesenta la Junkers, y tuvo el año pasado unas ventas de 6.000 millones de marcos (más de 330.000 millones de pesetas).
Además del Tomado, la MBB participa en los proyectos espacíales Spacelab y Aríadne, el avión de transporte civil Airbus, el helicóptero anticarro Pali 2, y los sistemas de defensa antiaérea Roland y Patriot, El Tornado fue calificado por el entonces canciller Helmut Schmidt como "el mayor proyecto de armamento desde el nacimiento de Cristo". Un experto de seguridad comentó ante el nuevo caso de espionaje que "aunque cambiemos todos los planes para las armas futuras, las bases electrónicas y de material básico no podrán modificarse. Si los soviéticos conocen esos e ementos fundamentales, podemos cerrar la tienda".
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