Una histotia interminable
LA EFICACIA y la diligencia en la toma de decisiones parece que sólo adquiere realidad en Radiotelevisión Española (RTVE) cuando se trata de entorpecer la labor que vienen desarrollando los dos canales autonómicos de televisión, los únicos que en dos ámbitos territoriales concretos han conseguido romper el monopolio televisivo. En ningún otro tema saben exhibir sus dirigentes los reflejos que, por ejemplo, han demostrado ahora, a partir del momento en que el canal catalán, TV-3, llegó a un acuerdo con la radiotelevisión francesa para retransmitir en directo un partido de fútbol por el que TVE no se había interesado.Los indicios de posibles irregularidades en la publicidad estática de algunas retransmisiones deportivas, o las denuncias de probables cruces en la función de personas que a unas horas deciden qué, acontecimientos se televisan y a otras horas tienen responsabilidades en las compañías publicitarias que los organizan, merecen la apertura de investigaciones que, con dilatadísimos plazos de encuesta, suelen perderse en, el infinito. Una mejora sustancial de la programación y de la independencia de los espacios informativos tampoco parece haber sido emprendida con ningún criterio de urgencia. Y la misma falta de diligencia se ha puesto de manifiesto con otros aspectos de la gestión: el mismo tema de la articulación, dentro del esquema de nuestra televisión pública, de la red de enlaces y de los servicios de TVE con las cadenas de las autonomías.
Dentro de este espíritu, Calviño ha sabido ponerse al servicio de quienes, desde el poder, parecen comprometidos en convertir el proceso de legalización del canal autonómico catalán en una auténtica historia interminable., TV-3 acaba de cumplir su primer año de vida.
El fondo de esta polémica, una más de las que enfrentan al PSOE con el partido de Jordi Pujol, tiene una atipicidad: en ella los socialistas catalanes defienden no sólo la puesta en marcha de TV-3 con toda su plenitud, sino también un incremento de la programación catalana desde la primera y la segunda cadenas de TVE, con lo que vuelven a estar situados entre la espada y la pared, mientras todos los réditos políticos se los lleva Convergencia. Pero el instrumento que utiliza la Administración central contra la descentralización televisiva es TVE, quien obliga a que TV-3 -al igual que a Euskal Telebista, el canal vasco-, para continuar enútiendo una programación, tenga que ir sorteando las continuas trabas que suponen, no ya una absoluta falta de cooperación por parte de los hombres y medios que dirige Calviño, sino también su obstrucción sistemática en todos los terrenos, en busca de dificultar su trabajo y forzar el encarecimiento de sus presupuestos. Por su parte, la política sectaria que practica Pujo¡ no se queda a la zaga.
Así, TV-3 está obligada, desde su nacimiento, a comprar las imágenes para sus espacios informativos a las cadenas de la -televisión francesa. Así, TV-3 no pudo conseguir hace pocos meses de TVE ni siquiera imágenes de un viaje al extranjero de los Reyes de España. Así, con motivo de un reciente partido de fútbol amistoso entre el Barcelona y el Athlétic de Bilbao que interesaba a TV-3 y a Euskal Telebista y no a TVE, el enlace de las dos cadenas autonómicas se tuvo que realizar llevando las imágenes por territorio galo. Y así, ahora, después de que la televisión catalana pactara con la francesa la transmisión de este nuevo encuentro futbolístico, desde altas instancias de TVE se han efectuado gestiones -que tanto la Embajada de España en París como la de Francia en Madrid no reconocen como "oficiales"- tanto para impedir este enlace concreto como para recortar las buenas relaciones que existían hasta ahora entre las dos televisiones autonómicas españolas y la francesa.
En otras ocasiones ya nos hemos referido a las lamentables imprevisiones y demoras de nuestra Administración en el tema del ordenamiento televisivo. Con TV-3 y Euskal Telebista ya en el aire, es especialmente grave el retraso del decreto aún pendiente y del desarrollo de la ley de los terceros canales en lo referente a la utilización común de la red de enlaces ya existente en España. Paralelamente hay que subrayar el perjuicio económico que está provocando,la actual situación a los fondos públicos, tanto los que administra el Gobierno central como los autonómicos, así como el perjuicio convivencial que supone la actitud enconada de TVE en este tema. Este gesto de impedir la transmisión de un partido de fútbol no sólo es un error táctico, sino también una torpeza política, que empuja -por ejemplo a Jordi Pujol- a poner a su exclusivo servicio la televisión autánomica catalana, que sufragamos todos los contribuyentes.
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