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Reportaje:

María Dolores Pelayo

Defensora de la revisión de conceptos vejatorios para la dignidad de la mujer contenidos en el diccionario de la Real Academia de la Lengua

, Para esta diputada del PSOE, a la que en UCD, su anterior partido, llegaron a considerar un poco roja, es incomprensible que en la reciente vigésima edición del diccionario de la Real Academia permanezcan algunas definiciones que atentan escandalosamente a la idea constitucional de la igualdad de sexos. Así, por ejemplo, mujer ("persona de sexo femenino", "la que ha llegado a la pubertad") frente a hombre ("ser animado racional", "varón, criatura racional del sexo masculino", o más aún mujer pública ("ramera") frente a hombre público ("el que interviene públicamente en los negocios políticos"). Se extraña asimismo de lo que entienden los académicos por mujer del partido o de gobierno: en el primer caso, también ramera, y en el segundo, simplemente criada con atributos sobre el gobierno económico de la casa. Tan particulares como éstos son otros conceptos en su acepción femenina, como en el caso de maestra, que puede llegar a ser definida como la mujer del maestro y no enseñar una ciencia, según advierte la proposición no de ley.Si Pelayo Duque confía con la fuerza de los votos del PSOE en el Congreso que el Gobierno inste a la Comisión de Diccionarios de la Real Academia a una rectificación del uso del idioma menos discriminatorio es porque experiencia no le falta como testigo de cambios excepcionales en la legislación a favor de la mujer ocurridos a lo largo de la etapa democrática. Recuerda la fama de enmendona que se ganó en las filas centristas en relación con leyes como las que despenalizarían el adulterio y el amancebamiento, o el uso de los anticonceptivos, que prosperaron con Landelino Lavilla como ministro de Justicia, al que la ex centrista canaria califica como muy receptivo para los problemas de la mujer.

María Dolores, que entró en el PSOE el año pasado con la gente del Partido,de Acción Democrática (PAD) de Francisco Fernández Ordóñez, es miembro del comité permanente de la organización del PSOE Mujer y Socialismo y su coordinadora para asuntos del Congreso. Lleva bien la cuenta y sabe que es una de las veinte mujeres diputadas. Se unió a Suárez en las elecciones de 1977 como líder de una asociación socialdemócrata canaria. Hasta ese momento no había participado en la política; pero en 1963, mientras estudiaba derechó, hizo méritos para una ficha policial y 10.000 pesetas de multa como promotora de una protesta contra las guaguas rojas por la subida de los transportes. De ahí pasó a abstenerse en el referéndum de la reforma de 1976 y al año siguiente ocupó un escaño en el Senado. En las dos últimas elecciones ha sido diputada y recuerda que ella "ya hablaba en la campaña electoral de 1977 de aborto terapéutico".

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