Una herencia de 4.000 millones

El legado del pintor Salvador Dalí está formado por cerca de 4.000 grabados, dibujos, óleos y manuscritos, valorados entre 4.000 y 5.000 millones de pesetas, y forma parte de la propiedad privada que Dalí ha dispuesto en su testamento, según señaló ayer a este diario el director general de Bellas Artes, M. Fernández Miranda. A estas piezas hay que añadir. los cuadros y distintos objetos que forman parte de la Fundación Gala-Dalí. Hubo una primera donación de 158 piezas al Ayuntamiento de Figueres, que incluye 15 cuadros importantes del pintor, y otros 13 de pintores, como Maifrén, Fortuny o Bourgereau, que había adquirido Dalí. Este legado había sido hecho a una fundación pública que acabó disolviéndose. Dalí recuperó la propiedad y la donó posteriormente al Ayuntamiento de Figueres. Estos cuadros están depositados en el Teatro-Museo de Figueres, y se sumaron posteriormente a los 800 objetos que constituyen la base de la Fundación Gala-Dalí.Repatriación

La fundación tiene un fondo de 800 piezas. Entre lo más importante de ese legado se incluye 80 cuadros, 30 dibujos y 100 esculturas, y su valor ronda los 3.000 millones de pesetas. Existe también varios retratos de Gala y un autorretrato del pintor. La mayoría de obras pertenece a los años sesenta y setenta.

El resto de los cuadros y diversos objetos conocidos propiedad de Dalí es aproximadamente de unos 4.000, repartidos entre Cadaqués, Púbol y Figueres, con cuadros pintados por él mismo y de otros artistas. Valorados en unos 5.000 millones de pesetas, forman parte de la herencia de Dalí. Entre estos cuadros se encuentran los repatriados recientemente y algunos que fueron mostrados en la exposición antológica celebrada en Madrid y Barcelona en abril del año pasado. Hay cuadros procedentes de Ginebra, París y Nueva York, que fueron traídos a España y se quedaron aquí. Se trata de cuadros muy interesantes, sobre todo los pintados en los años veinte y setenta. La voluntad declarada reiteradamente por el pintor es donar todas estas obras al Empordá, a Cataluña y al pueblo español. Los posibles derechos de los herederos de Gala fueron solventados con un acuerdo con la hija de Gala y Paul Eluard, Cecile Boaretto. El Estado español traspasó cuatro cuadros de su propiedad a Boaretto.