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Mulroney, un símbolo del nuevo populismo de la derecha

Martin Brian Mulroney, primer ministro electo de Canadá, simboliza el nuevo populismo que los partidos conservadores han adoptado en el mundo desde los años setenta y cuyo máximo representante es la primera ministra británica, Margaret Thatcher. Mulroney comparte con la Dama de Hierro unos orígenes humildes y la derrota de los barones tradicionales en el partido conservador.Hijo de un electricista empleado en una compañía papelera de Quebec, Brian Mulroney nació en la pequeña localidad de Baie Comeau, en el distrito electoral de Manicouagan, de la provincia francófona de Quebec, el 20 de marzo de 1939.

En un rasgo de humor, típico en Mulroney, el líder conservador decidió bautizar el avión que ha utilizado en su campaña electoral, un Boeing 737, como Manicouagan One, en una parodia de los Boeing 707 utilizados por los presidentes norteamericanos con el nombre de Air Force One. Bilingüe consumado, con un francés superior al de Trudeau, hasta el punto de que un 44% de la población de Quebec creía que el francés era su primera lengua, Mulroney se licenció en ciencias políticas por la Universidad de San Francisco Javier, en Nueva Escocia, y en Derecho por la Universidad Laval, de la ciudad de Quebec.

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Tras una tentativa fallida de hacerse con el liderazgo del Partido Conservador en 1976, cuando los tories eligieron como líder al que luego sería primer ministro en 1979, Joe Clark, Brian Mulroney decidió dedicarse a los negocios y a la lucrativa práctica de abogado de empresa.

En 1977 fue nombrado presidente de la compañía de mineral de hierro más grande del país y en ese cargo se vio obligado a llevar a cabo unos cortes sustanciales de personal en las plantas no productivas. Esta decisión le ha provocado el único incidente registrado en su campaña electoral. El pasado domingo, un grupo de antiguos obreros despedidos por su compañía le recibió en Terranova a los gritos de "Brian, go home" ("Brian, márchate a casa") y "queremos trabajo". Casado con una yugoslava nacionalizada canadiense, Mila Pivnicki, los Mulroney tienen dos hijos, Benedict y Mark, y una hija, Carolina.

La popularidad de Mila Mulroney, la perfecta ama de casa a los ojos de muchos canadienses, que todavía recuerdan las dificultades del matrimonio Trudeau, es inmensa en todo el país, hasta tal punto que uno de los colaboradores del nuevo primer ministro electo afirmaba ayer que una de las claves del éxito de Mulroney había sido su mujer. "Quizá haya conseguido más votos que él", comentó.

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