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Los temores de Mitterrand

Le MondeEl tratado de unidad árabe-africano firmado en Oujda el 13 de agosto( ... ) provoca serios remolinos regionales e internacionales inclusive antes de que entre en vigor, el 1 de septiembre.Suscita reservas e irritación en otros países del Magreb ( ... ) que habían excluido a Libia del tratado de "fraternidad y concordia" firmado entre ellos en marzo de 1983. Argelia, particularmente, se inquieta por el nuevo eje Rabat-Trípoli, que fortalece la posición marroquí en el conflicto del Sáhara occidental. De una manera general, los países africanos moderados se interrogan sobre si la respetabilidad que Hassan II confiere así al coronel Gadafi va a alentar a este último a proseguir más fácilmente su acción subversiva sobre el continente negro.

El presidente Reagan, que considera al guía de la revolución libia como a uno de los jefes de orquesta del terrorismo internacional, no ve tampoco con buen ojo la aproximación libio-marroquí. A pesar de los esclarecimientos obtenidos de Hassan II, el jefe de la Casa Blanca ha decidido poner en observación a Marruecos.

Las preocupaciones de Francia son aún más visibles. Después de enviar a Rabat como exploradores a Roland Dumas, François de Grossouvire y a Jacques Attali, el presidente Mitterrand se presentó, el jueves, en visita privada a Marruecos, donde seguramente ha intentado determinar posiblemente el alcance y las consecuencias de un matrimonio entre un Estado cercano a Francia en más de un concepto y.otro con el que París está en conflicto larvado.

Ciertamente, el presidente Mitterrand se ha fijado como línea de conducta no interferir en los asuntos interárabes y, con mayor razón, no tomar partido por un país contra otro. Pero existen por lo menos tres razones legítimas para interesarse de cerca en unas evoluciones que podrían implicar a Francia.

Ésta no podría quedarse indiferente al deterioro de las relaciones de Estados magrebíes con los que mantiene lazos estrechos. ( ... ) Después tiene que preocuparse por un eventual relanzamiento del conflicto del Sáhara occidental. ( ... ) En fin, y sobre todo, París tiene el derecho de preguntarse si el coronel Gadafi se beneficiaría del apoyo activo de Hassan II en el caso de que las hostilidades se declararan entre fuerzas libias y francesas en Chad.

A todos sus interlocutores, se comenta, Hassan II ha asegurado las intenciones del coronel Gadafi, que, según él, desea un acercamiento hacia Occidente, incluyendo Estados Unidos. Igualmente ha hecho valer que se encargaría, en caso necesario, de moderar la política de su nuevo aliado.

1 de septiembre

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