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El ministro francés de Asuntos Exteriores 'lamenta' que el tratado entre Libia y Marruecos pueda dividir al Magreb

Claude Cheysson, ministro francés de Asuntos Exteriores, lamentó ayer en Túnez las contrapuestas reacciones provocadas por el tratado de unión libio-marroquí, señalando que "no son un factor favorable para la cohesión del Magreb". El jefe de la diplomacia francesa formuló estas declaraciones poco después de que el líder libio, coronel Muamar el Gadafi, reiterara en Trípoli su apoyo al Gobierno de Unión Nacional de Transición (GUNT) de Chad, dirigido por Gukuni Uedei. Francia sostiene política y militarmente al actual presidente chadiano, Hissène Habré. El presidente francés, François Mitterrand, permanece en Marruecos, rodeado de la máxima reserva.

"Las opiniones expresadas sobre el reciente acuerdo entre dos países del Magreb (norte de África) difieren según el lugar en que se esté", manifestó Cheysson. "Esto no es, por tanto, un factor favorable para la cohesión del Magreb, y lo lamentamos", añadió. "El acuerdo", prosiguió, "parece perturbar a ciertos países de la región con los que mantenemos estrechas relaciones. Por esa razón, también nosotros nos sentimos perturbados".En relación con el problema de Chad, el ministro francés manifestó que "las razones que nos llevaron allí se mantienen. No veo que los últimos acontecimientos del Magreb nos vayan a hacer cambiar de actitud. Si las tropas libias se retiran, nosotros también nos retiraremos".

Cheysson concluyó así dos días de visita a Argelia y Túnez, países que se han mostrado especialmente preocupados por las consecuencias del acuerdo entre Libia y Marruecos, que podría entrar en vigor hoy mismo, mediante un intercambio de cartas entre los jefes de los dos Estados interesados, según informó el ministro marroquí del Interior, Driss Basri, a la agencia Reuter.

Anoche se confirmaba en Rabat que el rey Hassan II viaja hoy domingo a Libia para celebrar con Gadafi la primera reunión de la presidencia bicéfala de la Unión Arabe-Africana, informa Domingo del Pino. Durante esa reunión quedará instalado oficialmente en la capital libia el secretariado permanente de la unión. El titular será un marroquí, y el rey Hassan II ha designado para ese cargo al dirigente socialista Abdelhuahed Radi, actual ministro de la Cooperación de Marruecos.

François Mitterrand tiene previsto permancer, entretanto, en la residencia que el monarca alauí tiene en Ifrán, 60 kilómetros al norte de Fez.

Tanto en medios oficiales marroquíes como franceses, se insiste en que esta segunda visita de Mitterrand a Marruecos, país en el que también estuvo el pasado miércoles, es "estrictamente privada". Las mismas fuentes indican que el presidente visitó ayer la ciudad y sus alrededores, jugó al golf y descansó, y que regresará a París, el lunes por la mañana o el domingo por la noche. La prensa francesa consideró ayer, por su parte, que Mitterrand tendrá que afrontar protestas internas, si no regresa con resultados concretos de su inesperado viaje.

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Hernu, en Yamena

Como parte de la compleja operación diplomática montada por Francia durante las últimas horas en torno al tratado de unión de Libia y Marruecos, el ministro francés de Defensa, Charles Hernu, llegó ayer a la capital de Chad, Yamena, y partió inmediatamente hacia el norte, para visitar los destacamentos de tropas francesas. Hoy se entrevistará con el presidente Hissène Habré, que regresó apresuradamente de Arabia Saudí. En la capital de Chad se encontraba también un emisario de Marruecos, cuya identidad no ha sido divulgada.

Fuentes diplomáticas francesas consultadas por la agencia Reuter indican que, aunque la unión entre Libia y Marruecos ha preocupado al mundo árabe y a Occidente, Francia piensa que Hassan II podría moderar al imprevisible Gadafi, y contribuir a la consecución de una solución negociada entre Francia y Libia sobre el conflicto de Chad.

Noticias de Yamena indicaron, en cambio, que un grupo disidente del GUNT de Uedei cruzó, por primera vez en los últimos meses, la llamada línea roja que divide a Chad en dos, y atacó un destacamento de tropas gubernamentales, en lo que parece ser un intento de entorpecer toda posible negociación en el conflicto.

El propio Gukuni Uedei apareció, entretanto, en Trípoli donde presenció desde la tribuna de honor, junto a Gadafi, los actos conmemorativos del 152 aniversario de la revolución libia. Hassan II, que, según la explicación oficiosa dada en Rabat, no asistió a estos festejos para no encontrarse con los presidentes de Madagascar y Mozambique -Didier Ratsiraka y Samora Machel, respectivamente-, envió en representapión suya a su primer ministro, Karim Lamrani.

En un discurso que fue dado en diferido íntegramente por la televisión en Marruecos, el dirigente libio ensalzó la actitud marroquí favorable al tratado de unión. "Lo que el rey y el pueblo de Marruecos han hecho", señaló, "es un acto revolucionario". Gadafi se declaró también dispuesto a ayudar a Gukuni Uedel ,la liberar Chad", y atacó a Gran Bretaña y a Francia, cuyo Ejército, dijo, "tenemos enfrentado".

Gadafi dijo en otro momento: "Esperamos el día en el que las valientes fuerzas polisarias se unan a los ejércitos marroquí, argelino, libio y tunecino para marchar sobre Jerusalén y Palestina".

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