Elementos básicos de la vida siguen intactos en cerebros congelados
El método permite estudiar anormalidades químicas causadas por una enfermedad senil
(NYT)La utilización de cerebros humanos congelados ha permitido a científicos de Estados Unidos estudiar la enfermedad de Alzheimer, que afecta sobre todo a los ancianos y constituye uno de los enigmas cuya solución buscan científicos de todo el mundo. El hallazgo más importante de los investigadores ha sido, sin embargo, verificar qué moléculas biológicas básicas permanecen intactas durante la congelación. Su estudio en laboratorio ha permitido hallar las anormalidades bioquímicas que pueden ser la causa de la enfermedad.
Este procedimiento de analizar células procedentes de cerebros congelados para detectar los mecanismos moleculares que han fallado abre una vía, según ha declarado en una entrevista el investigador Charles A. Marotta, de la facultad de Medicina de Harvard, para encontrar la causa de otras enfermedades.
Millones de personas sufren en todo el mundo de la enfermedad de Alzheimer, descrita hace 70 años por el neuropsiquiatra alemán de igual nombre. Sus síntomas son, entre otros, confusión mental y pérdida de memoria, lo que lleva a muchas de sus víctimas a no poder cuidar de sí mismas.
Hasta ahora los investigadores pensaban que las moléculas básicas de la vida, el ADN y el ARN, no se conservaban en congelación, pero los equipos de Marotta y de la doctora Elizabeth M. SajdelSulkowska, del hospital McLean de Belmont, han demostrado que pueden considerarse en vida suspendida, ya que, una vez descongeladas y en ciertas condiciones de laboratorio, se puede conseguir que vuelvan a producir proteínas. Un estudio sobre el trabajo de Marotta y Sajdel-Sulkowska ha aparecido en el último número de la revista Science.
A medida que se han desarrollado las técnicas de congelación, los médicos, que durante siglos habían preservado los órganos y tejidos procedentes de autopsias de casos clínicamente interesantes en soluciones químicas, han empezado a congelarlos y a mantenerlos en bancos.
Marotta ha señalado que él y su colega han estudiado el cerebro de seis víctimas de la enfermedad de Alzheimer y de otras cuatro personas que murieron por otras causas. Encontraron que el defecto químico existente es la disminución en la producción de proteínas en las áreas del cerebro dañadas por la enfermedad.
Anteriormente se habían encontrado otras modificaciones neurológicas en los cerebros de pacientes de la enfermedad de Alzheimer, pero no se conocían los efectos que podían producir a nivel molecular. Marotta afirma que a nadie se le había ocurrido hasta el momento ver si se podían recuperar las moléculas de ADN y ARN de cerebros congelados, porque todo el mundo suponía que estas estructuras biológicas morían al congelarlas.
Aunque Marotta afirma haber encontrado un defecto biológico básico relacionado con la enfermedad, asegura que no sabe si se trata de la causa de ésta o de un efecto.
Las investigaciones de Marotta han sido confirmadas, con la utilización de otra técnica distinta y sobre sujetos vivos, por un grupo de investigadores franceses, y el científico norteamericano ha señalado que otros grupos han recurrido a su técnica para estudiar otras disfunciones cerebrales. Un ejemplo es el estudio de una enfermedad similar a la del Alzheimer que sufren los afectados por el síndrome de Down que alcanzan la edad adulta.
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