_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Modos policiales

Me dirijo a usted con la intención de narrarle el siguiente hecho, que creo de particular, aunque también público interés: el día 15 de agosto, a las 20.10 horas, me asaltó, a la altura de la calle del Carmen, número 22, una pareja motorizada de la Policía Nacional: "Tienes con qué identificarte?". "Sí". "Ve depositando y sacando todo lo que lleves encima de la inoto". Rápidamente adopté una postura de defensa. Y de auténtico nerviosismo con mezcla de desconcierto. Así fueron transcurriendo los enormes 20 minutos que me retuvieron en la vía pública y con el corrillo de turno. Y no existía ningún tipo de explicación.Empecé a identificarme verbalmente (aparte de la identificación burocrática de papeles a que me había sometido), aclarándoles: "Soy editor, hago libros, trabajo ahí mismo, en la Gran Vía"; les muestro, además, las llaves de la oficina, les digo mi costumbre de pasar todos los días dos veces al menos por el mismo lugar y que nos podemos acercar al quiosquero más cercano para preguntarle quién soy. (Deseo precisar que, a veces, me distribuyo mis libros personalmente.) Y a mi vez les preguntaba: "¿A qué se debe?, ¿es una cuestión de azar?, ¿creen que he hecho algo?, ¿es alguna denuncia?, ¿me pueden decir por qué?". Respuestas: "Ah, sí, ¡qué bien! No me digas. Claro, como vienes de trabajar (punteando la reticencia) y todo esto, ¿qué?, no, nada... sin comentarios...".

Y lo más duro es que desde el primer al último minuto no se en cuentra ningún tipo de calor humano, ni de buenas maneras. Todo es a base de "al` señor agente le has caído sospechoso y por supuesto está acostumbrado a no fallar en su dictamen"; de ahí que todas las fórmulas de trato son dirigidas a un culpable. (Todavía faltaban por verificar mis datos, y, mientras, su interfonillo seguía emitiendo bips-bips indescifrables.) Transcurridos los eternos 20 minutos y hechas las pertinentes averiguaciones, me soltaron un escueto y enérgico: "Te puedes marchar, y sin comentarios".

Como ciudadano me pregunto si, después de ser asiduo a esta zona durante casi 10 años y tras todas las explicaciones dadas (y las comprob aciones a que me sometieron escrupulosamente), y si encima de haber sido entretenimiento de los señores agentes y del público que espontáneamente se acercó, además de soportar la humillación a la que eres sometido (una vez vaciados los bolsillos tuve que subirme el jersei para que existiese credibilidad a mi autorregistro), díganme entonces si después de todo obtengo por respuesta: "Te puedes marchar, y sin comentarios", tengo, creo, todo el derecho de preguntarme:

¿En dónde quedan los nuevos aires de esa institución y en dónde quedan las buenas formas? (Porque pienso que, aparte de ser policías nacionales, serán también ciudadanos españoles con una mínima cultura y una mínima educación.) Y, por supuesto, me sentí vejado. Y, por supuesto, asimismo, me vinieron recuerdos.

No obstante, a pesar de todo, todavía me falta pedirle a la institución representada por estos dos señores una contraprestación a la situación de vejamen bochornoso y absurdo padecida por un ciudadano durante los infinitos 20 minutos-

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_