Un joven de 19 años fue encontrado muerto en su domicilio familiar, víctima de la heroína
Unos minutos después de las tres de la tarde del pasado domingo, la madre de Miguel R. P., alias el Caqui, encontró a su hijo muerto en el suelo del salón-comedor de su casa. Según las posteriores investigaciones policiales, el fallecimiento se produjo por sobredosis o adulteración de droga. Miguel tenía apenas 19 años y desde los 14 se inyectaba heroína. Se dedicaba a robar radiocasetes en automóviles para poder pagar la droga que consumía y asaltaba domicilios frecuentemente. Con Miguel son siete las víctimas de la heroína en Vallecas en lo que va de año.
La madre de Miguel, regresaba del Rastro, donde vende habitualmente ropas, cuando lo encontró sentado en el suelo y con una aguja hipodérmica todavía hundida en la carne de su brazo derecho, en el domicilio familiar, situado en la calle de Norberto, número 1, en el barrio madrileño de Vallecas. La casa es baja, de una. sola altura, recubierta con adobe. Miguel era el tercero de siete hermanos, ninguno de los cuales es, adicto a la heroína. Su. padre está sordo y no ejerce ningún trabajo fijo.Miguel abandonó muy pronto los estudios y se dedicó a callejear, según informan algunos de sus vecinos. Un yonqui (adicto a la heroína) que lo conocía declaró que Miguel comenzó a inyectarse caballo (heroína) a los 14 años. Inmediatamente empezó a robar radiocasetes de automóviles que luego vendía para poderse pagar la droga. Para su colega, Miguel "era un manitas finas, abría los coches con mirarlos".
Desde hacía menos tiempo, Miguel comenzó a desvalijar vi viendas, ya que su progresion en el consumo de la droga le hacía necesitar más cantidad de dinero. Hace un mes aproximadamente, fue sorprendido en un domicílio ajeno por un vecino, quien no dudó en arrojarlo por la ventana, desde la altura del primer piso. Las heridas sufridas por el joven obligaron a su internamiento, durante varios días, en la unidad de cuidados.intensivos (UCI) de un centro hospitalario de la capital donde permaneció varias semanas mgresado, hasta recuperarse.
Los cinco años de adicción ininterrumpida a la heroína habían hecho de los brazos de Miguel un callo, por lo que últimamente tenía que chutarse alternativamente en el cuello y en los brazos. Su familia se negó a hacer declaraciones acerca del suceso. Su hermana se preguntaba, con muestras evidentes de dolor, "¿por qué se permite a los camellos (traficantes de droga) del Puente de Vallecas vender esa porquería adulterada?".
En la esquina de la calle de Norberto -donde vivía Miguel- con la calle de la Sierra de Alcubierre hay un farmacia que en sus dos años de existencia ha sido asaltada 32 veces, todas por heroinómanos que padecían el mono (síndrome de abstinencia). "Los yonquis vienen muy nerviosos y provistos de cualquier tipo de arma, palos, pistolas, navajas y destornilladores", informó la farmacéutica, "y se llevan todo tipo de sustancias que puedan provocar ciertos efectos alucinógenos, como optálidán, metadona o sosegón, por ejemplo".
"Yo he llegado a vender en una guardia más de 100 jeringuillas hipodérmicas", asegura la farmacéutica. Vallecas es una de las zonas de Madrid más atacadas por la heroína. En los ocho meses transcurridos de 1984, han fallecido, según informan fuentes policiales, siete personas sólo en este barrio, casi todas jóvenes. La muerte sobreviene en muchos casos por sobredosis, pero en otros por adulteración, aunque nunca se determinan claramente las causas. "Hay, que andar con mucho cuidado", afirm un yonqui de Vallecas, "porque a la mínima te pasan cartucho (heroína adulterada)".
Una muerte por semana
34 personas han muerto en Madrid por consumo de heroína durante los meses transcurridos en este año, según el cómputo realizado en función de la información policial facilitada a la opinión pública. El número de fallecimientos, según este índice, arroja un balance de un muerto por semana. El número sería aproximadamente el doble según otras fuentes.Así, la Fiscalía, Especial contra la Droga ha señalado que los, muertos por heroína en 1984 ascendían a 70 a principios del verano. La cifra de 34 mue rtos se desprende de las informaciones polic lales facilitadas a los medios de comunicación, mientras la estimación del fiscal Jiménez Villarejo se basa en datos de la Brigada Cetntral de Estupefacientes.
La disparidad de datos estadísticos al respecto se explica, según los expertos, por el escaso control sanitario oficial sobre el problema de las toxicomanías, que impide un seguimiento actualizado. En el área metropolitana de Madrid hay unos 30.000 toxicómanos, según un informe de la Unión de Juventudes Comunistas de España (UJCE).
Por otra parte, a la opinión pública no trasciende la mayor parte de los asuntos contemplados en las diligencias que se instruyen diariamente en los juzgados de Madrid. Normalmente se tramitan unas 600 diligencias al día, cifra que en el mes de agosto desciende a unas 300 diligencias, según el juez Joaquín Navarro.
La mayoría de las víctimas mortales por consumó de heroína en Madriden lo que va de año son personas de 20 a. 26 años. Su muerte se ha producido, en la mayoría de los casos, en sus propios domicilios familiares, pensiones o bares.
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