La indecisión empieza a jugar a la baja
La indecisión que venían padeciendo los mercados de valores se está convirtiendo poco a poco en algo más profundo, según se va acercando el final del mes. Por el momento, los constantes goteos a la baja han concluido en una tanda realizadora cuyo alcance es muy difícil de medir. Una de las frases hechas que circulan por los mercados hace alusión a las inevitables bajas que provoca una situación en la que la indecisión es la principal variable. Difícilmente desembocan estas circunstancias en una mejora general de las cotizaciones, sin que, al menos, en los primeros momentos, se produzcan algunos abandonos por parte del capital a corto plazo.De nada ha servido ahora el que las operaciones a crédito hayan venido registrando constantemente una diferencia sustancial a favor de las compras, ya que el esperar en situación de liquidez la llegada del próximo mes parece ser la opinión que goza de más prestigio en este momento. Se aguarda con impaciencia la incorporación de algunas instituciones, y lo que provoca incertidumbres es la postura que pueden adoptar ante los precios que van a encontrarse a la vuelta de las vacaciones.
Dentro de este ambiente de dudas y vacilaciones, las partidas realizadoras adquirieron un empuje especial en los corros eléctricos y en el de Telefónica, que recibió un vapuleo digno de mención. La pérdida de más de un entero por parte de algunos de los principales valores del sector eléctrico resultó bastante normal ante la casi completa desaparición del dinero, y tampoco se libraron las empresas medianas, alguna de las cuales recibió una ayuda extra en su caída. El dinero fue el gran ausente de estos corros y no resultó extraño, ni dificil, que sus precios sufriesen estos recortes.
Tal vez los menos afectados por la presión de las ventas fuesen los valores bancarios, precisamente por no haber logrado deshacerse de esta compañía en casi todo el mes, y apenas se notó diferencia con las sesiones anteriores en cuanto, al número de títulos que estas entidades presentaron en la caja. Escaso dinero para dos de los siete grandes, y el resto, con pequeños saldos vendedores que superaban ligeramente la media de días pasados. El Hispano continúa siendo la víctima propiciatoria, con un saldo que, siendo insignificante, representa el doble del de sus más inmediatos seguidores. Los avances y recortes en los precios continúan también con la tónica de las jornadas precedentes, no teniendo, demasiado que ver con el volumen de títulos negociado; pero parece ser ésta la única forma que han encontrado estos valores de seguir llamando la atención de los olvidadizos inversores.
No se libraron los valores industriales de rendir cuentas de los beneficios obtenidos, y también recibieron un número importante de órdenes de venta. Constructoras, químicas y siderúrgicas no fueron capaces de aguantar el chaparrón y hubieron de ceder posiciones ante el empuje que mostraba el papel.
Por primera vez en muchos días, las cuatro bolsas han registrado diferencias mínimas en sus oscilaciones, ya que tan sólo 36 centésimas separaba las pérdidas más lejanas entre sí, y que correspondieron a Barcelona y Valencia. Al cierre, el ambiente estaba ligeramente más decantado en favor de las, ventas, pero sin que esta posición se mostrase excesivamente sólida, por lo que es previsible que prosigan los goteos; pero la situación continúa sin definirse.
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