Santillana del Mar, una visita obligada

El cierre de las cuevas de Altamira, en Santillana del Mar, cuya sala de polícromos sólo puede ser visitada mediante un, riguroso control y previa solicitud, de acuerdo con las normas establecidas por la comisión. de in vestigadores y científicos que controlan el deterioro de las pinturas prehistóricas, no ha hecho descender sustancialmente la afluencia de visitantes a la villa cántabra. Pese a la desaparición de las cuevas de la mayor parte de los folletos turísticos, la visita a Santillana resulta obligada para la inmensa mayoría de los visitantes de Cantabria.Si no se ha conseguido una plaza para visitar las cuevas de Altamira -varios meses de antelación son necesarios para poder ser incluido en el reducido cupo diario de visitantes-, el Museo de Altamira es una alternativa válida e interesante, que en un futuro pudiera ser mejorada con la reproducción de las pinturas sí se logra vencer la resistencia del alcalde de la villa a realizarla.

Pero Santillana del Mar, y así parecen comprenderlo los miles de visitantes que a diario pueden verse en sus calles empedradas y en el conjunto medieval, tiene también otros centros de interés. El museo de arte religioso Regina Coeli, la Colegiata y la Fundación Santillana.

Ésta, desde su creación en 1980, ha desarrollado una amplia actividad que se incrementa durante el verano con exposiciones diversas. Junto a ésta, y situadas también en la plaza Mayor de la villa cántabra, se encuentran las casonas del Águila y de la Parra, restauradas recientemente y convertidas en museo y sala de exposiciones por el Gobierno regional con el apoyó del Ministerio de Cultura. Todo ello, y pese al cierre de las cuevas, hace que Santillana del Mar siga siendo el centro cultural de Cantabria.