Bajo el tono gris

En Bilbao predorminan los tonos grises. Es el color de moda. Habitual en la villa es el color plúmbeo del Cielo y, grisáceo es el color de la arena de Vista alegre, pero una plaza tan espléndida en casi todos los detalles, necesita. de un escaparate más luminoso y no este piso que parece de escoria de alto horno.El domingo, la Mari-jaia (reina de las fiestas) muñeca grandota y rechoncha, se subió en lo alto del tendido de Vista Alegre y entre baile y baile observaba el toreo bailarín también, brusco y acelerado de Domecq, la baja forma del portugués Moura y al desgalichado Buendía.

Todo marcha bien en Bilbao. La feria se presenta esperanzadora. Cada día arriban toros nuevos a los corrales, con el tiempo reglamentario para que los veterianos efectúen el pertinente reconocimiento. Ayer llegaron los toros de Manolo González que han de lidiarse el próximo jueves. Los de Miura también esperan allí. Y como casi todos los años, ocurre que algúno se desgracia y para no variar este ano uno de ellos se rompió un pitón. Lo mismo le ocurrió al que le iba a sustituir, porque allá en zahapiche se descorrió al ser embarcado. Por fin llegó ayer el segundo sustituto, sano y salvo de momento.

En fin, lo dicho, la gente se divierte y participa en todos los sitios, desde la mañana a la noche. Con el abrir del día se van al sokamuturra (toro ensogado) y con el cierre se van de tertulia, al teatro, o de copas de kalimocho (cocacola con tinto).