Política de población equivocada

The Washington PostLa Conferencia Internacional de Población celebrada en México ha concluido y tras ella se perfila una nueva línea de actuación de la Agencia para el Desarrollo Internacional. El Gobierno de Estados Unidos, que nunca permitió que su dinero se empleara para abortar en el extranjero, ha impuesto ahora limitaciones a las organizaciones privadas que trabajan en el campo de la población. Estosgrupos no recibirán ayudas económicas si utilizan cualquier sistema diferente a los propuestos por los norteamericanos en los programas abortivos. La nueva política fue formulada sin consultar al Congreso y varios legisladores han anunciado su intención de oponerse a ella.Si la Administración no Ya a conceder fondos para la práctica de abortos dentro de las propias fronteras se comprende una restricción similar en la utilización del dinero norteamericano fuiera de ellas. De dualquier modo, la futura actuación pretende controlar cómo gastan sus propios recursos las organizaciones privadas, condición dificil de aceptar, sobre todo para las más importantes. Estados Unidos presta ayuda directa en los programas de población a 32 países, pero, además, grupos internacionales de gran relevancia trabajan en más de 100 países. Si se interrumpe su gestión en un 25%, lo cual puede suceder si las contribuciones norteamericanas son retiradas, se acabará con los programas más eficaces en algunos de los países más pobres. (...)

Nada de esto tiene sentido desde el punto de vista lógico ni desde el práctico. Es ridículo tratar de imponer condiciones en el empleo de los propios fondos, sobre todo cuando los programas en cuestión son legales no sólo en los países en que se están llevando a cabo, sino también en Estados Unidos. Y es una locura el que se debilite a organizaciones importantes y activas que son de hecho las únicas que proporcionan algún tipo de servicio de planificación familiar en determinados países. Seis miembros del Congreso que asistieron a la Conferencia de México expresaron públicamente su desaprobación de la nueva política. Hay que apoyar sus esfuerzos legislativos para oponerse a ella.

Washington, 19 de agosto