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Un constante bostezo

El aburrimiento fue ayer la nota constante en una corrida en la que ni siquiera el tercio de banderillas, en cada uno de los siete toros, caldeó por derecho propio los tendidos.De Manolo Arruza siempre espera algo interesante el aficionado, sin embargo la frialdad con que suele estar sobre la arena, contagia a un público que mira a veces con indiferencia las faenas del mexicano. Mal le picaron a su primer toro y así tuvo que aguantar el torero las constantes embestidas cabeceantes con que una y otra vez iba el astado a la muleta. Antes, y en el tercio de banderillas, también pudo comprobar el torero como a partir del primer par, le ponía el toro los pitones en la cara en una peligrosa reunión. Con su segundo hizo lo mejor que se vio en toda la tarde pues, con el capote, tres de las verónicas de recibo tuvieron calidad y empaque. Iba a servir este toro para la muleta y Arruza lo aprovechó con decoro en derechazos, pero sin llegar a cuajar una significativa faena.

Más de tres cuartos de entrada

Cinco toros de Pérez Angoso de Salamanca, uno de Pérez de San Fernando lidiado en séptimo lugar y uno de Marín Marcos de Madrid lidiado en cuarto lugar. Todos ellos desiguales de presentación, el quinto y sexto aparatosamente cornalones y todos en general mansos.Lais Valdenebro. Cuatro rejones, tres descabellos (pitos). Manolo Arruza. Pinchazo, estocada caída, dos descabellos (división). Estocada delantera caída (vuelta). Nimeño II. Tres pinchazos, estocada trasera caída (saludos tercio). Estocada tendida, descabello (silencio). Curro Cruz. Media estocada tendida y trasera, descabello (pitos). Media trasera, dos descabellos (palmas). Plaza Monumental de Barcelona, 19 de agosto.

Nimeño II es quien practica un toreo de plástico; es decir que hace muchas cosas pero que dan la sensación de estar simplemente aprendidas y carentes de calidad y de autenticidad. Tan pronto recibe aLtoro con una larga cambiada de rodillas, como hace afarolados en un tercio de quites; pone banderillas con un prebaile corrido que más parece entrenamiento atlético y, luego, con la muleta puede estar dando pases y pases varios días seguidos que allí nadie que le vea sentirá el toreo lo más mínimo.

Para Curro Cruz fue a parar, en su primero, un toro difícil, con problemas y sobre todo con una gran facilidad para hacer hilo con el torero en el tercio de banderillas. Constantemente le hacía tomar el olivo al diestro en un exceso de alarde de pies por parte del toro, naturalmente. Una lidia hubiera necesitado el morlaco, pero delante iba a tener a un matador que tan sólo llega a componer algún que otro pase, si el toro quiere y ayer, el tercero de la tarde, tenía su guasa. Dudándole y sin centrarse e incapaz de parar los pies estuvo Cruz en este toro y con el séptimo de la tarde que, mediada la faena de muleta, se quedó en marmolillo, quiso despertar al público imitando aquellas cosas que hacía el Cordobés. Ni así salvó su actuación.

Rejoneaba en cuarto lugar Luis Valdenebro y sí eran los rejones de castigo los que colocaba en los brazuelos del toro, iba a ser con los rejones de muerte en donde el caballero se entrenaría a matar, ya que clavó hasta cuatro y no siguió porque alguien le llamó la atención. Antes en banderillas no pasaría su actuación de ser mediocre.

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