Medidas de austeridad en Bolivia y drástica devaluación del peso
El Gobierno de Bolivia impuso a medianoche del jueves un doble mercado de divisas y procedió a devaluar la moneda nacional, estableciendo un tipo de cambio de 5.000 pesos por un dólar estadounidense, lo que supone una revaluación de la divisa norteamericana con respecto a la moneda boliviana del 150%. En el mercado negro esta divisa alcanza un precio récord de 9.000 pesos.La devaluación tiene como objetivo poner fin a la desbocada especulación monetaria que existe actualmente en el país. Según los decretos aprobados, el banco central de Bolivia pondrá en venta dólares al precio de 5.000 pesos para el área de actividades consideradas no esenciales, mientras que mantendrá un cambio oficial de 2.000 pesos para la financiación de operaciones productivas, agricultura, productos farmaceúticos, materiales de construcción y otras.
El ministro de Finanzas de Bolivia, Óscar Bonifaz, hizo un llamamiento para que se abandonaran los movimientos especulativos con el dólar, asegurando que "han hecho mal negocio" los que han adquirido dólares a 9.000 pesos bolivianos.
El Gobierno ha establecido, además, la próxima puesta en circulación de certificados de depósito de oro y dólares con la intención de mantener el valor de los ingresos familiares. La devaluación es consecuencia de una inflación que se acerca al 2.000% anual.
Las medidas monetarias han sido adoptadas en un momento en que el país está soportando una creciente convulsión social, con importantes huelgas declaradas en diversos sectores y la convocatoria de bloqueo de carreteras por parte de los campesinos a partir de la próxima semana.
Renegociación venezolana
Por su parte, el ministro de Hacienda de Venezuela, Manuel Azpurúa, declaró ayer en Caracas que las conversaciones para la renegociación de la deuda externa de aquel país siguen su marcha normal y que no se ha producido un estancamiento en las mismas, puesto que la comisión venezolana discute en la actualidad con los bancos acreedores en la ciudad de Nueva York.La deuda exterior se sitúa en 30.000 millones de dólares (4,8 billones de pesetas) y las negociaciones para su refinanciación se están orientando, desde la parte venezolana, en busca de soluciones que no impliquen pasar por el recurso a las ayudas financieras del Fondo Monetario Internacional. El recurso al organismo monetario internacional implicaría la puesta en práctica de planes económicos de austeridad, alternativa que el Gobierno venezolano quiere evitar a toda costa en la actualidad.
Venezuela, país importante exportador de petróleo, tenía en 1973, cuando accedió al Gobierno Carlos Andrés Pérez, una deuda exterior de 5.000 millones de dólares, que se ha multiplicado por seis en tan sólo 11 años.
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