_
_
_
_

Belfast vive la mayor manifestación de protesta católica desde 1981

Cerca de 10.000 católicos respondieron en la noche del lunes en Belfast al llamamiento del Sinn Fein, considerado como la rama política del Ejército Republicano Irlandés (IRA), y se echaron a las calles de la principal ciudad del Ulster para protestar en silencio contra la brutalidad policial, que, el pasado domingo, causó la muerte de un civil católico y heridas a otros 22. Se trata de la marcha católica más importante efectuada en el Ulster desde 1981, cuando las huelgas de hambre en el penal de Maze, en las que murieron Bobby Sands y otros destacados activistas del IRA y del Ejército Irlandés de Liberación Nacional (INLA).La multitud se desplazó en silencio, quebrado solamente por el redoble de dos tambores militares. Numerosos manifestantes llevaban banderas negras.

Sean Downes, el católico que resultó muerto el domingo, fue alcanzado por balas de goma disparadas por las fuerzas del orden que intentaban disolver una manifestación en el 13-q aniversario dé la entrada en vigor de la controvertida ley de internamiento, que permitía el encarcelamiento, sin jucio previo, de sospechosos de haber participado en actividades terroristas y que fue derogada a los pocos años.

Unidades de la Royal Ulster Constabulary (policía norirlandesa) cargaron contra los manifestantes al intentar detener -lo que no consiguieron- a Martin Galvin, dirigente del Notaid, organización estadounidense que reúne fondos para los sectores más radicalizados del movimiento nacionalista católico en el Ulster.

La opinión más generalizada, a pesar de las explicaciones oficiales, es que la carga policial no estaba justificada. El dominical británico The Guardian afirmaba ayer en un editorial que la policía del Ulster "confirmó en una tarde el prejuicio (contra la comunidad católica) que había intentado negar durante años".

Prior, responsable

Por su parte, el ministro británico para el Ulster, James Prior, asumió el mismo lunes 1a entera responsabilidad" de los sucesos del domingo en B91fast y reconoció, "retrospectivamente", que la decisión de prohibir a Galvin la estancia en el Reino Unido fue "un grave error". No obstante, recordó que Galvin "sostiene abiertamente el asesinato, la violencia y la colecta de dinero para comprar armas que se utilizan para matar soldados y policías".Prior, un hombre que se ha ganado un sólido prestigio en el ejercicio de su actual cargo, dejará éste muy probablemente en la próxima reorganización del Gabinete de la primera ministra, Margaret Thatcher.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Por otra parte, 15 activistas del Sinn Fein, ocuparon ayer las oficinas dublinesas de la compañía aérea británica Brittish Airways, en protesta por la muerte de Sean Downes. Estaba prevista, también para ayer, la celebración de una manifestación frente a la Embajada de Londres. Se esperaba que asistiesen miembros del Noraid, quizá incluso el propio Martin Galvin, al que otras informaciones situaban ya de vuelta hacia Estados Unidos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_