Saldo de Atanasio
Con un saldo de corrida de Atanasio Fernández (cinco toros) y uno de Aguirre Fernández, se cerró ayer la feria de Huesca.Dámaso González con su primero, que fue excelente para la muleta, estuvo por debajo de las buenas condiciones que presentaba el toro. Se limitó a realizar pases de su cosecha, sin ver la gran calidad del astado. Con el cuarto de la tarde, que apenas se podía levantar del suelo, estuvo pesadísimo el torero en una soporífera y larga faena que aburrió al benévolo público.
Lo más torero estuvo a cargo de Capea con el quinto toro de la tarde, al que toreó lento y templado en derechazos, realizando pases con buen gusto. Comenzó con el capote lanceando con los pies juntos y con mucha suavidad. Lo mismo repetiría luego con la muleta, donde llevando al toro muy de largo lo embarcaba suavemente en hondos derechazos. Con su primero, sin embargo, Niño de la Capea abusó del pico de la muleta y no dejó de ser mediocre su actuación. Tan solo se limitó a torear para la galería y, aunque las peñas se lo agradecían, los aficionados se quedaban impasibles.
Plaza de toros de Huesca
13 de agosto. Quinta y última corrida de feria. Tres cuartos de entrada.Cinco toros de Atanasio Fernández y uno de Aguirre Fernández. El primero y el segundo, con presentación; el resto, sospechosamente romos y pobres de presencia. El cuarto, totalmente inválido, apenas se podía levantar del suelo durante la faena de muleta. Dámaso González. Silencio y una oreja. Niño de la Capea. Saludos tercio y dos orejas. Tomás Campuzano Dos orejas y una oreja.
Pobre balance
Tomás; Campuzano toreó soso a su primero, que entraba noblemente al engaño. Muy corto se le quedaba en naturales y tras cambiar de mano remató la faena con manoletinas buscando los fáciles aplausos. Con el que cerraba plaza y que era un toro anovillado hizo una faena aderezada de adornos que le premiaron con la oreja este público que admite todo.Pobre balance se puede hacer de una feria que salvo la corrida del pasado domingo, con toros de Vitorino, ha tenido como común denominador la pobreza de presentación del resto de las ganaderías, en donde la sombra del afeitado y la flojedad de las reses han deslucido todos los festejos.
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