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Reportaje:Perú, entre la democracia y la subversión / y 3

Alan García espera que el APRA gane el poder en las próximas elecciones

Durante el pasado fin de semana los líderes de los cuatro principales partidos políticos de Perú tenían previsto celebrar una reunión de alto nivel con el fin de intentar llegar a un acuerdo sobre los temas más acuciantes del país. Los políticos que iban a asistir a la reunión eran: el candidato del partido en el Gobierno, Acción Popular, Javier Alva; Luis Bodoya, por el Partido Popular Cristiano; Alfonso Barrantes, alcalde de Lima y presidente de Izquierda Unida, y el más joven de ellos, Alan García Pérez, de 35 años, candidato del APRA (socialdemócrata).

La iniciativa para celebrar la insólita reunión partió del candidato aprista, recogiendo una idea lanzada en el Congreso por el presidente Belaúnde. Alan García se presentó el sábado día 5 en la asamblea de Acción Popular que proclamó a Javier Alva Orlandini candidato del partido a la presidencia de la República e hizo su propuesta, que fue recibida por los asistentes a la asamblea de Acción Popular en medio de grandes ovaciones. Los dirigentes políticos van a discutir la formación de un frente nacional para luchar contra el terrorismo de Sendero Luminoso, la adopción de un consenso para hacer frente a la deuda externa, al mismo tiempo que piden al Gobierno que el presupuesto para 1985 se confeccione de acuerdo con las cuatro grandes formaciones políticas.Alan García, que recuerda mucho en su aspecto físico, en su forma tranquila y reposada de hablar y en su indumentaria al presidente Felipe González, por el que no oculta su admiración, es el único dirigente aprista que no cree que su partido vaya a ganar la! elecciones de abril de 1985 a la primera vuelta. En Perú es preciso sacar la mitad más uno de los votos para ser proclamado presidente en, la primera ronda de elecciones. Pero no oculta sus esperanzas de que el APRA llegue al poder por primera vez en su historia en la segunda vuelta. "Yo creo que una fuerza que presente los problemas nacionales al país y se los presente serenamente tendrá una gran capacidad de convocatoria. El electorado quiere un poco la fuerza tranquila; como decía un amigo francés, hoy presidente (Mitterrand), verán con alguna expectativa al partido aprista".

García, que encabeza en estos momentos las encuestas de opinión con un 45% de aceptación popular, cree que a ocho meses de las elecciones las cifras demuestran "un estado de ánimo, no de conciencia".

"Ahora", añade con otros candidatos en escena, "las encuestas se estabilizarán". No cree García que, como ha ocurrido en dos ocasiones anteriores en Perú cuando el APRA ganó las elecciones, las fuerzas armadas vayan a interrumpir. esta vez una relación eficaz y buena. Yo pienso que ha quedado atrás la posibilidad del caudillismo. La fuerza armada tiene ahora un concepto de la defensa nacional no sólo militar, sino in desligable del potencial social y de la estabilidad interna, que debe darse sobre las bases de una justicia a conseguir permanentemente

Las relaciones que en un mo mento estuvieron deterioradas han sido superadas, y ahora cada uno entiende su responsabilidad.

Múltiples causas

Para García, el problema de Sendero Luminoso tiene múltiples causas. "Es evidente que existe una banda totalitaria de estilo, pero que esa banda tiene un asien to histórico, primero en departamentos muy,pauperizados, depar tamentos donde hay una enorme pobreza. Ayacucho siempre ha sido conflictivo. La falta de expectativas produce un paroxismo es quizofrénico en mucha gente. Yo no me he creído nunca que Sendero sea solamente un grupo armado. Es evidentemente un grupo armado, y la primera exigencia es hacer respetar la ley y la convivencia democrática. El APRA actuaría con mucho vigor para hacerrespetar la estabilidad democrática, como otros Gobiernos socialistas han hecho en otras partes del mundo. Pero actuaría con igual vigor para evitar los con.trapoderes armados, que no pueden permitirse en ninguna sociedad. Como ha dicho un jefe militar (precisamente, el comandante militar de Ayacucho), hay que utilizar no sólo el fusil, sino la transformación".

El mayor problema de fondo que tiene Perú, en opinión del dirigente aprista, es su estructuración social y económica del país, con dos sectores básicamente diferenciados: el sector centralista, industrial, administrativo del Estado, y el sector marginal, rural y provincianos marginados. Una industria sobreinstalada en relación a la escasa capacidad de consumo interno y una agricultura cada vez más pobre, que cada vez expulsa más gente hacia las ciudades.

El lema para la próxima campaña lo ha sintetizado el APRA en la frase "Por un Gobierno de alimentación nacional". "Porque", manifiesta García, "alimentación es agricultura; agricultura es descentralización; agricultura es una distribución mucho más justa del salario; agricultura es consolidación de un mercado de consumo interno para la propia industria limeña. Todo esto, aunado con una. lucha contra el fraude que impida la especulación y el acaparamiento". García tiene una descripción muy gráfica del campo. "Yo me acuerdo de Las Hurdes", dice, "que en España era como un lunar. Aquí el problema del campesino es como una marca hemipléjica. Nosotros tenemos millones de'campesinos sin ninguna asistencia, con productos que van degenerando progresivamente de produndidad".

Sin embargo, el campesinado no constituye la única clientela electoral del APRA, que, desde su fundación por Víctor Raúl Haya de la Torre, muerto ahora hace cinco años, ha tratado de formar un frente unido de obreros, campesinos y clase media. "De ahí", explica el doctor Alan García, "la tradicional enemiga que todos los partidos comunistas latinoamericanos que han estado siempre al servicio de Moscú. han tenido contra el APRA".

El análisis de García es confirmado en su totalidad por el presidente de Izquierda Unida y alcalde de Lima, Alfonso Barrantes, para quien la única solución que tiene Perú en él futuro consiste en la creación de polos de desarrollo en el interior del país. "En 1950", dice Barrantes a este enviado especial, "de cada 100 peruanos, 70 vivían en el campo y 30 en las ciudades; en 1984, 75 viven en las ciudades y sólo 25 en el campo". Esto ha creado problemas insolubles, principalmente a la municipalidad de Lima, ante la afluencia de campesinos a la ciudad; sólo en la capital peruana existen 350.000 vendedores ambulantes, que ofrecen desde bolsas de agua destilada para las baterías de los coches a piezas robadas de automóviles. Según Barrantes, el desempleo y el subempleo alcanza a un 51% de la población activa de Perú, estirnada en unos seis millones de habitantes.

Sin embargo, a pesar de los graves próblemas que afectan al país, todos los líderes políticos entrevistados por EL PAÍS son optimistas de cara al futuro si se cumple una condición previa: que Perú siga caminando por un sendero democrático, y no por otros senderos de uno y otro signo.

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