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Un ex militante del MPAIAC solicita acogerse a las medidas de reinserción social

Sergio Castellano Ramos, exmiembro del Movimiento para la Autodeterminación y la Independencia del Archipielago Canario (MPAIAC), ha comunicado mediante un escrito al diputado del PSOE Néstor Padrón su deseo de acogerse al plan de medidas de reinserción social promulgado por el Gobierno para los terroristas arrepentidos. Se trata del primer independentista canario que ha solicitado dicho beneficio. La medida debería ser aplicada también a su esposa, María Fernanda Donate, exiliada en la actualidad en un país extranjero desconocido.El diputado socialista por la provincia de Santa Cruz de Tenerife se ha dirigido al Defensor del Pueblo y al ministro de Justicia, a los que ha transmitido la solicitud de reinserción social manifestada por Sergio Castellano, en nombre propio y del de su compañera. Además, ha prometido al independentista, en una carta dirigida a la prisión de Carabanchel, una futura visita el próximo mes de septiembre, cuando se reanude la actividad parlamentaria en Madrid.

En la carta, dirigida desde el departamento de presos políticos de la cárcel de Carabanchel, de Madrid, Sergio Castellano asegura su autoexclusión y la de su esposa del MPAIAC, a cuya rama político-administrativa reconoce que han pertenecido. Asimismo afirma que ambos han renunciado al uso de la violencia como instrumento para realizar planes políticos en Canarias. Entre otras razones, basa su petición del perdón en que sus padres atraviesan un difícil momento de salud y en su interés en reorganizar su vida familiar, rota por el exilio desde hace cinco años, desde cuya fecha no ve a sus hijos, de 13 y 9 años.

El antiguo militante del MPAIAC fue condenado el pasado mes de julio a seis años de cárcel, acusado por la Audiencia Nacional de haber pertenecido al movimiento que encabeza Antonio Cubillo. A mediados de mayo se había entregado a la policía en el aeropuerto de Gando (Gran Canaria), tras presentarse en la Embajada de España en Dakar (Senegal) con el propósito de poner fin a sus problemas con la justicia.

Castellano y su esposa fueron detenidos en Las Palmas en septiembre de 1978 y, al año siguiente, aprovecharon la libertad provisional para huir a Suecia, donde residieron hasta 1981.

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