Los diputados han abordado, con 300 preguntas al Gobierno, todas las cuestiones políticas y económicas de trascendencia

Los diputados han planteado durante el curso parlamentario que acaba de terminar cerca de 300 preguntas al presidente del Gobierno y a sus ministros para que formularan la respuesta obligada en el Pleno del Congreso. De esas preguntas, que abordaron todas las cuestiones políticas y económicas de trascendencia, la mayor parte fueron formuladas por miembros del Grupo Popular, aunque también recabaron información diputados del PSOE.

Esta práctica parlamentaria, de extraordinaria agilidad, -sólo dispone cada miembro de la Cámara de cinco minutos para su intervención- se ha convertido en uno de los apartados del orden del día de los Plenos que mayor interés suscita, no sólo porque obliga a los ministros a definirse sobre cuestiones a veces delicadas o muy concretas, sino también porque es el recurso más importante de control cotidiano con que cuenta la oposición.El contenido de las preguntas ha sido muy diverso. Generalmente se han planteado al hilo de la actualidad, con frecuentes referencias a noticias o declaraciones de miembros del Gobierno publicadas pocos días antes en la Prensa. Prácticamente la totalidad de los sucesos importantes -accidentes, acciones terrorristas, actuaciones de la policía, etcétera- ha sido objeto de preguntas al Gobierno.

Algunas tardes de Pleno, se han podido escuchar preguntas, en cierta manera capciosas, que han provocado la indignación del ministro a quien correspondía contestar por la forma en que estaban planteadas. Así, el titular de Interior, José Barrionuevo, no disimuló su enfado ante una interpelación del diputado de Euskadiko Ezquerra, Juan María Bandrés, formulada en los siguientes términos tras una acción policial en Hernani el pasado mes de junio: "¿No cabe otro procedimiento que el lanzamiento de una granada y la provocación de un incendio en una casa habitada para reducir a dos personas perseguidas por la policía y encerradas en una habitación?". Y lo mismo ocurrió con otra de este mismo diputado vasco: "¿Qué explicación puede dar el señor ministro del Interior a la matanza registrada la noche del día 22 de marzo de 1984 en Pasajes de San Juan?", En ese suceso habían muerto cuatro miembros de los Comandos Autónomos Anticapitalistas.

En otras ocasiones, algunas preguntas han hecho sonreír a sus señorías. El diputado del Grupo Popular Miguel Ángel Planas, al año y medio de gestión socialista, preguntó al presidente González, entre candoroso y cruel: "¿Quién es el responsable de la política económica del Gobierno?". Su compañero de escafío, Pedro Rico, insistió: "¿Informa el señor ministro de Economía al presidente del Gobierno sobre la situación real de la financiación del déficit público?". el ministro Miguel Boyer, impasible, contestó: "Sí", y le sobraron cuatro minutos y 58 segundos de su tiempo.

Ese mismo día, el también diputado popular Guillermo Kirkpatrick preguntó, enifadadísimo: "¿Puede explicar el Gobierno la razón por la que la conmemoración del 492º aniversario de las Capitulaciones de Santa Fe, en la provincia de Granada, se celebraron este año con una exaltación de las bondades del castrismo cubano?".

Las sonrisas se convirtieron en Carcajadas ante estas dos preguntas, también formuladas por diputados de la oposición conservadora: "¿Cómo cree el señor ministro de Asuntos Exteriores que va a afectar a la distensión internacional la propuesta de paz mundial que piensa formular el Gobierno de Murcia a los líderes soviético y norteamericano con ocasión de la Feria Internacional de Turismo de Berlín?" y "¿Entiende el señor Morán que el ametrallamiento de dos barcos pesqueros españoles, con nueve heridos, es una prueba alentadora de las buenas relaciones con Francia?".

Días más tarde, otro diputado del Grupo Popular, Ángel Castroviejo, dejó, perplejo al ministro José María Maravall al exponerle sus preocupaciones: "¿Considera el señor ministro que entre los principios que inspiran la LODE se encuentra el derecho de los padres a elegir libremente la educación sexual de sus hijos?" y "¿Forma parte de la asignatura de educación sexual, que se imparte en los centros públicos, la proyección de películas pornográficas?".

Tampoco han faltado las preguntas de algunos diputados que sufrían las consecuencias de determinadas acciones, como cuando el portavoz de la Minoría Catalana, Miquel Roca, interpeló al Gobierno sobre los constantes retrasos sufridos en los vuelos del puente aéreo Madrid-, Barcelona, que él utiliza a menudo, los días en que la compañía Iberia aún no había detectado que los pilotos del sindicato SEPLA hacían, además de la huelga declarada, otra de celd en los servicios mínimos. Ni escasearon otras preguntas aparentamente insólitas, como la del diputado del Grupo Popular José Antonio Trillo, quien interpeló al ministro de Transportes sobre "la libre circulación de perros en las pistas de despegue del aeropuerto de Madrid-Barajas", o varias de parlamentarios de este mismo grupo referentes a las posibilidades de trabajo para españoles en Libia y Australia.

Variedad casi ilimitada

La variedad casi ilimitada de las preguntas ha hecho compatible en una misma sesión escuchar la respuesta del ministro del Interior a una pregunta del diputado conservador José Javier Pérez-Olivares, interesándose sobre si "en la unidad de helicópteros de la policía existe un jefe de operaciones con la titulación aeronaútica exigida para este empleo por el anexo correspondiente a la OACI," (organismo internacional del transporte aéreo), y la del presidente del Gobierno, Felipe González, a la siguiente cuestión planteada por Manuel Fraga: "¿Cuándo piensa informar a esta Cámara de los planes definitivos del Gobierno sobre la colaboración española con la defensa de Occidente, clarificando de una vez nuestra confusa situación en la OTAN"?

Generalmente han sido los primeros espadas de la oposición quienes han formulado al Gobierno las preguntas más mordaces. En el tono irónico que le caracteriza, Miguel Herrero de Miñón, del Grupo Popular, quiso saber si el presidente González consideraba "conveniente" exponer ante el Congreso su criterio sobre la reconversión. industrial, la efectos de debatirlo abiertamente ante la representación de la soberanía nacional", y expuso también su extrañeza por "cómo puede preparar el señor ministro de la Presidencia una reforma de la Función Pública sin disponer de los datos exactos del número de funcionarios".