Suburbio turístico

No todos los lugares veraniego playeros tienen ese aspecto que reproduce el urbanismo ciudadano burgués; hay lugares que imitan fielmente la barriada pobre suburbial y urbana; desmontes por calle solares-basurero, escombros por doquier y bolsas negras, grises y con anuncios, repletas de basura, reventadas por mal cerradas o por perros callejeros, o por ratas a la búsqueda de su diario condumio. El reino del polvo todo el año y un inmenso barrizal las escasas veces que llueve.Las casas altas, bajas, de todo tipo. Los negocios prósperos en verano por ser pocos, familiares y por estar abiertos a todas horas. Los apartamentos, de a 20.000 duretes en agosto, ofrecen sus escasas comodidades y sus muchas camas (porque "para pasar unos días, de cualquier forma se arregla uno").

Negocios y negociejos surgen con licencias misteriosamente concedidas por un ayuntamiento depredador e insaciable en la captación de tasas e impuestos, pero sin dar servicios apenas porque los que allí veranean son de otros lugares, de otras comunidades autónomas y, a fin de cuentas, no votan, no pueden votar a los ilustrísimos ediles de la corporación municipal.

Disco-pubs surgen en cualquier sitio, en cocheras, en bajos comerciales, bajo un toldo, sin ajustarse a las normas que los regulan. Todo vale, incluso molestar con su música a toda pastilla al sufrido personal veraneante y contribuyente.

¿Y las playas? De pena. Recuerdan estercoleros. Nadie las limpia (pese a los cinco duros que años atrás ha venido cobrando un representante del ayuntamiento, cada día, por clavar una sombrilla en la arena), y los plásticos, botellas, botes, papeles, desperdicios y bolsas de basura domingueras son ya parte del paisaje cotidiano, estático, inamovible año tras año. Son campo de cultivo de los más variados hongos y bacterias que las pomadas y ungüentos de la Seguridad Social se encargarán de curar con el tiempo y una caña.

De alcantarillado nada, ¿para qué?; los orines se filtran en la tierra después de caer en los pequeños pozos negros que hay en todas las casas. Otros residuos humanos hay que sacarlos con bombas absorbentes (las cubas) cada cierto tiempo, para que no desborden y no contaminen por impacto visual y oloroso.

Si alguien se anima, que venga y lo vea. Se trata de Torrehoradada, lugar mediterráneo, lindando con Murcia y dependiente para todo del Ayuntamiento de Orihuela (a 40 kilómetros del lugar descrito) y al que aún no se le ha caído la cara, después de años de mantener esta vergüenza turística.

Un lugar paradisiaco en el que no quedan fuera del verano más de una docena de familias. Lugar que insulta al veraneante frente a un Mediterráneo cada vez menos atrayente, pero que aún abarrota sitios como éste durante el estío.-