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El Gobierno plantea para 1985 un crecimiento salarial del 6,5% y un aumento de la presión fiscal de un punto

Los salarios del sector público crecerán en 1985 un 6,5%, medio punto por debajo de la inflación prevista, aumento que el Gobierno desea también para el sector privado, según las previsiones -abiertas, como matizó ayer Segismundo Crespo, subsecretario de Trabajo- presentadas ayer a patronal y sindicatos en las negociaciones del Acuerdo Económico y Social (AES). Las citadas previsiones señalan que el incremento del consumo privado será de 1,3% en 1985, frente al práctico estancamiento actual. La financiación al sector privado crecerá en 7,5 puntos al final de 1986, y la tasa de variación anual del producto interior bruto (PIB) será del 3% en 1985 y del 3,5% en 1986. La presión fiscal, en su conjunto, incluida la Seguridad Social, aumentará un punto.

Los representantes del Gobierno en la mesa para lograr un acuerdo económico y social para el resto de la legislatura, eliminaron ayer importantes incertidumbres de cara al pacto. Joaquín Almunia, ministro de Trabajo y Seguridad Social; Segismundo Crespo, subsecretario de Trabajo; José Borrell, secretario de Estado de Hacienda, y Miguel Ángel Fernández Ordoñez, secretario de Estado de Economía y Planificación, avanzaron ayer algunos aspectos sustanciales de los anteproyectos de presupuestos del ejercicio próximo y las previsiones macroeconómicas. Los representantes de la patronal y de CC OO, por distintas razones, acogieron las propuestas del Gobierno con evidente disgusto.El marco de la política económica a aplicar en los próximos dos años, tal y como se recoge en los documentos entregados ayer por el Gobierno a los representantes de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y de los sindicatos Comisiones Obreras (CC OO) y Unión General de Trabajadores (UGT), se va a caracterizar en su vertiente fiscal presupuestaria por una continuación en la reducción del déficit de las Administraciones públicas en términos de producto interior bruto (PIB) a un ritmo de medio punto porcentual al año, mientras que el ritmo de expansión de las variables monetarias más significativas (activos líquidos en manos del público y depósitos a plazo) va a ir dirigida a alcanzar unos objetivos en el incremento de los precios al consumo (IPC) del 7% en 1985 y del 6% en 1986.

La filosofía final, en definitiva, es volver a plantear una moderación salarial a cambio de una política monetaria más flexible, que limite alguna de las rigideces actuales necesarias para el ajuste.

A pesar de que las exportaciones seguirán siendo un importante elemento dentro de la demanda total, crecerán a un ritmo más lento que en el último período: 7,6% en 1985 y 7% en 1986, según los cuadros macroeconómicos. En 1984, el incremento previsto es de un 13,2%. Las importaciones, sin embargo, pasarán del 3,5% en 1984 al 4,5% en 1985 y al 6% en 1986.

Desempleo y Seguridad Social

En el anteproyecto de presupuestos, las partidas destinadas a desempleo pasan, en lo que se refiere a aportación del Estado, de 298.000 millones en 1984 a 320.000 millones en 1985. Esto en la hipótesis más baja. En la más alta suben a 340.000 millones de pesetas. En Seguridad Social se pasa de 627.400 millones en el presente ejercicio a 690.800 millones o 750.000 millones si se considera la hipótesis más alta. Las inversiones reales se ven incrementadas en unos 34.000 millones, pasando de los 451.000 millones actuales a 485.000 millones. Sin embargo, Fernández Ordóñez matizó que, considerando las transferencias de capital, la inversión pública real crecerá en un 3%.La presión fiscal aumentará globalmente en un punto, aunque si se considera únicamente la presión fiscal estatal sin contar la Seguridad Social, este aumento es de 1,3 puntos. Unos ingresos totales de 4,7 billones frente a unos gastos totales de 6,4 billones arrojan un déficit de 1,6 billones de pesetas en la hipótesis más optimista, 300.000 millones de pesetas más que el déficit previsto para 1984.

Para los años 1985 y 1986 el documento señala que se propone un objetivo central de crecimiento de los activos líquidos. Y para conseguirlo se subraya la necesidad de alcanzar un acuerdo entre sindicatos, organizaciones empresariales y Gobierno que garantice una moderación en los costes laborales. Así se lograría una política monetaria menos restrictiva sin riesgo de aumentar la inflación.

Según el documento entregado ayer por el Gobierno, un incremento de los activos líquidos en manos del público del 13,1% en 1985 permitiría un incremento de financiación al sector privado del 7,3% (en 1984 fue del 6,6%).

Por su parte, CC OO destacó que los datos resultaban insuficientes. Y que había partidas -sobre todo en inversiones y transferencias sociales- que deberían aumentarse para cumplir los objetivos del acuerdo. UGT pospuso para más adelante una valoración de las cifras presentadas ayer.

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