El terrorismo que viene de fuera
La policía española ha detenido a un grupo de iraníes cuya misión era, al parecer, atentar contra el príncipe heredero de Arabia Saudí, aprovechando la reciente estancia de éste en España. La noticia reviste una gravedad inusitada y las armas de guerra incautadas hacen pensar incluso en la existencia de altas complicidades internacionales. ( ... )Frente a esta situación, la policía española no está suficientemente dotada para hacer frente a un problema que se ha multiplicado en los últimos años. En el caso del comando iraní detenido en Barcelona ha sido, en parte, la buena fortuna lo que ha conducido, gracias a los controles establecidos en torno a los iraníes que prestaban asistencia a heridos de guerra en la clínica Barraquer, a desarticular los planes terroristas.
España no puede ser el campo en el que se diriman los problemas políticos de otros países, y mucho menos la plataforma de actuación de grupos especializados en la eliminación de enemigos políticos. España se está convirtiendo en refugio de delincuentes internacionales vinculados a todas las mafias de los negocios sucios. Ni los armenios, ni los palestinos, ni los judíos, ni los iraníes, ni los libios, ni cualquier otro ciudadano del mundo con problemas en su país de origen pueden servirse de la hospitalidad española para resolver, por vía de la violencia, sus problemas. No puede permitirse que se trasladen aquí los conflictos del Próximo Oriente.
Y, hablando de hospitalidad, ¿para cuándo la ley de extranjeros, que regule la presencia, temporal o indefinida, de esos miles de personas que llegan a nuestro suelo en busca de refugio? La generosidad es obligada para una nación que aún recuerda el exilio de muchos de sus miembros, pero reconozcamos que hace falta una normativa al día que permita, la Pacífica convivencia de ciudadanos que aquí encuentran acomodo, al tiempo que haga imposible la permanencia de indeseables que nos utilizan para sus fines políticos o criminales.
, 26 de julio
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