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Frialdad y falta de resultados concretos en la entrevista de cuatro horas entre Felipe González y Jordi Pujol

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, se mostró ayer más cauto que de costumbre al término de la entrevista de más de cuatro horas que celebró en Madrid con el presidente del Gobierno, Felipe González. La reunión, primera de ambos presidentes tras la victoria de Convergéncia i Unió (CiU) en las pasadas elecciones autonómicas, transcurrió en un clima de frialdad y ninguno de los problemas que figuraban en la extensa agenda del presidente de la Generalitat fue desbloqueado. La querella contra 25 ex directivos de Banca Catalana, entre los que se encuentra Pujol, no fue abordada en la reunión, y según las propias palabras de este último "no ocupó ni un segundo de la entrevista", ya que ahora es asunto de los magistrados.

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El presidente del Gobierno, por su parte, cuando salió del palacio para acompañar a Jordi Pujol hasta la puerta de la Moncloa, calificó la entrevista como positiva. Felipe González manifestó que las relaciones entre el Gobierno socialista y la Generalitat quedan tras el encuentro "perfectamente bien, como el año pasado", aunque reconoció que no se ha desbloqueado ninguno de los temas que figuraban en la agenda de Pujol.Jordi Pujol pospuso realizar cualquier juicio sobre la entrevista hasta dentro de dos o tres meses, alegando que hasta que transcurra ese periodo de tiempo no se podrá saber si realmente la reunión ha servido para algo. "No tiene ningún sentido hacer ahora una valoración definitiva de la reunión", manifestó durante la conferencia de prensa celebrada en un hotel madrileño al término de la entrevista.

Pese a todo, el presidente de la Generalitat señaló que tiene confianza en que de la entrevista surja "el impulso político necesario que permita una mayor fluidez en las relaciones institucionales entre ambos Gobiernos y una aproximación de los puntos de vista de la Administración central y de la Generalitat".

De la primera valoración de la entrevista parece deducirse que el presidente de la Generalitat no ha conseguido ni tan siquiera restablecer los puentes de comunicación entre ambos Gobiernos. "El Báltico sigue helado", comentó uno de los colaboradores de Pujol, retornando una de las frases que se hicieron famosas tiempo atrás para describir el estado actual en las relaciones institucionales entre el Gobierno central y la Generalitat. Cuando se decía que el mar Báltico estaba "helado", se quería significar que se estaba en un mal momento para iniciar una negociación.

Traspasos paralizados

Uno de los temas que más tiempo ocupó en la entrevista fue la discusión sobre los traspasos de servicios a la Generalitat que aún faltan por completar, que el ministro de Administración Territorial, Tomás de la Quadra, se comprometió a realizar antes del pasado 31 de diciembre; y la proliferación de recursos entre ambos que acaban en el Tribunal Constitucional.Respecto a las transferencias a la Generalitat, Pujol insistió en que el proceso autonómico español no debe realizarse con fotocopiadora, y advirtió nuevamente sobre la posibilidad de recurrir al Tribunal Constitucional si "el Gobierno español sigue insistiendo en que hay traspasos que no deben realizarse" por considerar que son facultades de la Administración central.

En concreto, el presidente de la Generalitat se refirió al Instituto Nacional de Empleo (Inem), la Inspección de Trabajo de la Seguridad Social, la inspección farmacéutica, el servicio meteorológico y los paradores nacionales de turismo.

"Hay diferente concepción de lo que es la autonomía entre la Generalitat y la Administración central", comentó Pujol para explicar las diferencias entre ambos Gobiernos. "El Gobierno central está intentando recuperar competencias ya transferidas a la Generalitat, mediante leyes, órdenes o decretos", dijo.

Otros asuntos

Otros temas abordados por González y Pujol, según la versión que el segundo dio del encuentro, fueron la financiación de la autonomía catalana, la ley orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA) -aprobada a finales de 1980, durante la última legislatura de UCD-, el desarrollo de la policía autonómica, la legalización de TV-3 (el canal autonómico de televisión) y de las emisoras municipales y privadas en situación irregular, y los proyectos de leyes de bases que están en trámite en las Cortes Generales o que el Gobierno socialista tiene intención de presentar en breve en el Congreso de los Diputados. Pujol se pronunció con suma cautela sobre todos estos temas durante la conferencia de prensa, y en ocasiones trazó un sombrío panorama.

Maniobras políticas

Pujol afirmó que su primera entrevista con González llegaba un poco más tarde de lo que él hubiera deseado, y que, en buena lógica, "debe marcar los cuatro años de legislatura que ahora se inician en Cataluña".Aludiendo al caso de Banca Catalana, señaló que Ias instituciones deben estar por encima de las personas, de las coyunturas y de las maniobras políticas". "Los que entendemos que el desarrollo político español nos rebasa en tiempo e importancia debemos hacer un esfuerzo para que esto no influya en las instituciones y en las relaciones que tenemos".

Marcando un hilo de esperanza en las relaciones entre ambos Gobiernos en un próximo futuro, el presidente de la Generalitat cerró la conferencia de prensa argumentando que durante la reunión de ayer "se abre el paso para una negociación importante con el ministerio que corresponda en cada momento".

"No sé si se habrá producido un desbloqueo", finalizó Pujol. "Hemos decidido un camino y dentro de tres meses se verán los resultados. Escollos hay los que hay, pero ha habido un deseo de profundizar en los temas, y eso es positivo porque hemos hablado a fondo".

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