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Los trabajadores de Juguetes Payá se adjudican la empresa en pública subasta

Un colectivo de antiguos trabajadores de la firma juguetera Payá Hermanos, SA, de Ibi (Alicante), se adjudicó ayer en Alicante los bienes de la empresa, que fueron subastados en segunda convocatoria por la Magistratura número 2 de esta ciudad, por 50 millones de pesetas.Entre los cuatro lotes adquiridos, a raíz del embargo que realizó la plantilla por una deuda de 290 millones de pesetas en concepto de salarios atrasados, se encuentran 125 juguetes antiguos, pertenecientes al Museo Histórico del Juguete, que en la actualidad se expone, en una gira itinerante, en distintas ciudades del país. La colección está valorada en 25 millones de pesetas.

La cooperativa de trabajadores estaba especialmente preocupada porque las piezas de este Museo Histórico del Juguete, que representa la historia de la localidad de IBI, pasasen a manos privadas.

Cerca de 80 empleados de la antigua sociedad, que cerró sus puertas hace varios meses, gestionan la tramitación de una cooperativa laboral que se hará cargo de las instalaciones de Juguetes Payá, una de las firmas más antiguas del sector, fundada a principios de siglo, que conoció su mayor auge en la década de los años sesenta.

Los cooperativistas tienen la intención de emplear los bienes adquiridos, tasados en la primera subasta en 90 millones de pesetas, para reemprender próximamente la fabricación de juguetes.

La crisis de Payá Hermanos, SA, que comenzó hace un par de años, marcó el comienzo de los problemas que se han generalizado en la industria del juguete nacional, concentrada mayoritariamente en las localidades alicantinas de Ibi y Onil.

En el sector se impone la reestructuración de las redes comerciales en el exterior y un cambio total de la imagen de su producto, según indica el informe que sobre esta industria presentó el mes de enero último la firma consultora Bedaux Española, informe que fue subvencionado en gran parte por la consejería de Industria, Comercio y Turismo de la Generalitat valenciana y la Federación Española de Empresarios del Juguete.

No se esperaba que la empresa fuese adjudicada en la subasta de ayer, pero una asamblea de trabajadores celebrada por la mañana decidió en secreto pujar por el precio de salida, a fin de evitar que hoy, en la tercera subasta, la empresa fuera adjudicada a personas ajenas a la cooperativa de trabajadores formada para gestionarla.

Un portavoz de la cooperativa adjudicataria manifestó a la agencia Europa Press que a partir de ahora el futuro de la empresa está en sus manos, "y si esto no funciona será por culpa de los trabajadores, porque hasta ahora si no ha funcionado ha sido por culpa de la mala gestión".

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