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Los demócratas eligen candidato a la Casa Blanca

Walter Mondale será el líder escogido por los demócratas para enfrentarse, en noviembre, a Ronald Reagan

Todo está listo en el Moscone Center, en San Francisco, para iniciar mañana, lunes, la Convención Nacional del Partido Demócrata, que nombrará al líder que deberá competir en la elección presidencial estadounidense del próximo 6 de noviembre con el actual presidente republicano, Ronald Reagan. Walter Mondale será el hombre elegido por la convención, que también nombrará a Geraldine Ferraro para el cargo de vicepresidente, siendo la primera mujer en la historia de EE UU que aspira a tal cargo. Por su parte, el senador por Colorado Gary Hart intentará con pocas posibilidades convencer a la Convención de que él sería mejor candidato presidencial que Walter Mondale.

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Mondale y Ferraro preparan su campaña

La Convención, que reúne a unas 25.000 personas entre delegados, suplentes, observadores y periodistas, constituye un acontecimiento de primera magnitud para la ciudad de San Francisco. Políticamente representa para los demócratas el momento de la verdad para demostrar ante sus posibles electores que el partido está unido y que hay un programa político de alternativa a la actual Administración republicana del presidente Reagan.Los principales momentos de la convención, equivalente al congreso del partido, llegarán en la noche del martes, cuando se discuta la plataforma, o programa de gobierno, que ofrecen los demócratas. El miércoles hablará Walter Mondale tras ser elegido, sin sorpresas, como candidato presidencial demócrata. Por último, en la noche del jueves confirmará a Geraldine Ferraro como candidata a la vicepresidencia.

La convención, que se reúne del 16 al 20 de este mes de julio, supone el punto final de un largo proceso de elecciones primarias o caucuses (voto por asamblea) iniciado desde finales del pasado mes de febrero y que duró hasta primeros de junio. De acuerdo con el sistema preelectoral estadounidense, los ciudadanos de los 50 Estados de la Unión que forman EE UU, más los del distrito de Columbia, Puerto Rico, Guam, islas Vírgenes y residentes en el extranjero, fueron expresando sus preferencias entre los ocho políticos demócratas que lucharon por el nombramiento presidencial: Walter Mondale, Gary Hart, Jesse Jackson, George McGovern, John Glenn, Alan Cranston, Ernest Hollings y Reubin Askew.

Sólo tres políticos llegaron a la etapa final de una carrera ganada en función del número de delegados logrados en cada elección primaria o caucus. Son el ex vicepresidente Walter Mondale (con una amplia mayoría de 2.075 delegados), seguido del senador por Colorado Gary Hart (con 1.249 delegados) y del líder de la minoría negra, el reverendo Jesse Jackson (con 381 delegados). Es en función del número de delegados que la convención, que reúne a 3.933, nombrará a Walter Mondale para la ardua tarea de intentar alcanzar el sillón de mando de la Casa Blanca, sede de la presidencia de Estados Unidos.

La sorpresa de Hart

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Mondale, de 55 años de edad, partió inicialmente como favorito en el proceso de elecciones primarias, hasta que se vio inesperadamente sacudido por el activo senador Gary Hart, de 47 años, que se llevó las preferencias del electorado del Estado de New Hampshire, el pasado 28 de febrero. Mondale sufrió también reveses en otros Estados (Maine, Massachusetts, Florida y California, entre otros), remontando el resultado en otras partes del país (Nueva York, Illinois, Tejas, Nueva Jersey). Mondale contó con el apoyo de la mayoría de senadores y congresistas demócratas, de líderes como el senador Edward Kermedy, del aparato político del partido y de la importante central sindical AFLCIO. Un conglomerado que lo ha llevado triunfalmente hasta la convención nacional de San Francisco, sin que ello sea una garantía de que pueda arrebatar electoralmente la presidencia al veterano Ronald Reagan.El proceso de primarias y caucuses previo a la convención dejó dividido el país, para los demócratas, en una zona del oeste y medio-oeste norteamericano prácticamente controlada por los partidarios de Gary Hart, que también hizo incursiones victoriosas en el noroeste, mientras que Walter Mondale controlaba los principales Estados industriales del área de los Grandes Lagos, noreste y sur de Estados Unidos.

A la división geográfica hay que sumar la política, a pesar de la similitud de programas entre unos políticos que coinciden en ofrecer la congelación de armas nucleares; prometen la no intervención militar en Centroamérica; promueven la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, la protección de la ecología y la reducción del déficit público. Por estratos del electorado, Mondale aglutinó la fuerza del partido -sobre todo en número de delegados que acuden a la convención directamente nombrados por el partido-, pero arrastrando un poco la imagen de un pasado de derrota, cosechado durante la Administración del presidente Jarnes Carter -de enero de 1977 a enero de 1981-, de la que Walter Mondale fue vicepresidente.

Ante el frágil carisma de Walter Mondale, el senador Gary Hart antepuso una mejor imagen televisiva, un activismo político de ideas nuevas y logró captar a buena parte del electorado joven de la sociedad norteamericana. Hart demostró ser un líder nuevo, capaz de aguantar honrosamente una campaña de primarias, y colocarse como un personaje en la primera línea de la reserva demócrata para 1988 en caso de confirmarse las previsiones de los sondeos que anuncian una derrota para Mondale ante Reagan el próximo 6 de noviembre.

El tercer hombre de la campaña demócrata ha sido el polémico Jesse Jackson, movilizador de la minoría negra estadounidense -equivalente a unos 10 millones de votantes, en un censo de unos 90 millones- y virtual seguidor del carisma étnico sembrado por el reverendo Martin Luther King. Jackson copó casi la totalidad del voto negro y parte de la minoría hispana en las elecciones primarias. Irritó a la Administración, Reagan con sus operaciones de política exterior (viaje a Centroamérica y liberación de 48 presos en Cuba) y centró el interés del Partido Demócrata, al que impondrá en parte un programa electoral que tenga mas en cuenta las reivindicaciones de las minorías étnicas.

Pasado el temporal de la convención -donde Mondale superará ampliarrlente la barrera de los 1.967 delegados necesarios para ser nombrado candidato presidencial-, los perdedores como Hart y Jackson, o McGovern y Glenn, se unirán detrás del hombre elegido por el partido. Colaborarán en la campaña final de la difícil escalada hacia la Casa Blanca.

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