Dalí rompe su encierro de un año para visitar el museo-teatro de Figueras

El pintor Salvador Dalí ha roto el encierro que mantenía desde hace más de un año para visitar, el viernes por la noche, su museo-teatro de Figueras (Gerona). "Quiero trabajar, ver cómo va el monumento central y ver mi museo", declaró el pintor, de 80 años, a las puertas del castillo de Púbol, en el que reside. Numerosos vítores y aplausos acompañaron al pintor durante su sorprendente aparición pública en la que estuvo acompañado por su mayordomo Arturo, su amigo íntimo Antoni Pitxot y una de sus enfermeras.

A las 22.10 del viernes, Salvador Salí estaba ya dispuesto a salir del castillo en el que sólo mantiene contacto con sus colaboradores más próximos. Iba vestido con un traje oscuro a rayas, camisa blanca bordada, botines negros, un gorro de armiño y, por supuesto, su inseparable bastón con empuñadura de plata. Momentos antes, habían regresado al castillo sus dos abogados y el pintor Antoni Pitxot, quienes habían pasado toda la tarde en una reunión de la recién creada Fundación Gala-Dalí. "Quiero ir al museo", pidió el pintor a sus amigos.Feliz y animoso, rompió su apatía de los últimos meses para decir, ya a las puertas del castillo de Púbol, que quería trabajar y ver su museo. Antes de partir, visitó la cripta donde están enterrados los restos de su esposa Gala.

Al llegar al recinto que alberga el museo, Salvador Dalí se entretuvo en saludar al personal que se encontraba en el edificio Tras permanecer un buen rato en la entrada, subió a la galería superior para poder apreciar con la perspectiva necesaria cuál debe ser la colocación del monumento que presidirá el museo-teatro. Antoni Pitxot fue el destinatario de las sugerencias del pintor.

Música para el pintor

Después, Salvador Dalí dialogó con el alcalde de Figueras Mariano Lorca, y posteriormente se sentó en la galería superior del museo. Allí pidió que hicieran sonar la música ambiental del edificio.Habían trascurrido tres cuartos de hora cuando Salvador Dalí solicitó a sus acompañantes que le llevaran de nuevo al castillo de Pubol. Antes de volver a recluirse en sus habitaciones volvió a visitar la cripta donde reposa su esposa Gala, tal como había hecho a la salida.

El pintor no se fue inmediatamente a dormir, sino que prefirió charlar con sus amigos. "Dijo cosas maravillosas. Dalí estaba genial. Humilde y tierno a la vez", manifestó el abogado del artista, Miquel Doménech. "Ha estado en su faceta general, humana y directiva, en paz consigo mismo. Dalí es así, hace las cosas cuando quiere y no hay nadie que pueda obligarle a apariciones públicas si él no lo desea", añadió Doménech.

Ayer sábado, cuando el pintor se despertó hacia el mediodía, comentó a su mayordomo que le gustaría trasladarse a vivir a la Torre Galatea para poder estar cerca de su museo.

Pintar al Rey

El voluntario encierro de Salvador Dalí había suscitado algunas especulaciones, una de las cuales apuntaba hacia el posible secuestro que podría sufrir el pintor por parte de sus colaboradores más allegados, tal como apuntó el también pintor Joan Josep Tharrats en un programa informativo recientemente emitido por TVE.Por su parte, el abogado Miguel Doménech desmintió a este periódico tal posibilidad asegurando que "aquí no hemos secuestrado a nadie, lo que ocurre es que Dalí ha tenido siempre noción de su genialidad y ahora tiene conciencia de su mortalidad. Por eso, consciente de su decadencia física vive su yo, en un proceso intimista que le lleva a enclaustrarse en Púbol".

El artista, que no ha pintado un cuadro desde el mes de abril de 1983, ha manifestado su interés en realizar tres obras: una para la ciudad de Figueras, otra para la Generalitat y una tercera que estaría destinada al rey Juan Carlos.¡