Protesta de intelectuales contra la inclusión de zonas de zonas de la región en una geografía catalana
Un grupo de personas relacionadas con el mundo de la cultura y de la universidad, profesores, licenciados, arquitectos e ingenieros entregaron ayer al presidente aragonés, Santiago Marraco, un escrito de protesta "contra las constantes presiones expansionistas que los catalanes infringen sobre nuestro territorio". En concreto se refieren a "la reciente publicación de la Gran geografía comarcal de Cataluña, donde se incluyen como territorios catalanes los comprendidos en las zonas aragonesas de la Ribagorza, la Litera, el Bajo Cinca y Matarraña; consideramos que el hecho constituye un delito de agresión a la integridad aragonesa".
El escrito se acompaña con un pliego de medio centenar de firmas, "cuyo número será ampliado posteriormente", y se ha enviado también al presidente de la Generalitat de Cataluña, a la editorial de la enciclopedia catalana, al Defensor del Pueblo, a los arzobispos de Zaragoza y Barcelona, al obispo de Lérida, al Centro Aragonés de Barcelona y a los ayuntamientos de los municipios afectados. Los firmantes piden al Gobierno aragonés que "exíja a la Generalitat de Cataluña un trato exquisitamente respetuoso con los límites territoriales aragoneses y que sea esta misma institución quien exija a su vez a las publicaciones dependientes total o parcialmente de ella la objetividad histórica que Aragón merece".Añaden que, "ante la gravedad del tema, el asunto debe ser tratado de manera oficial y de presidente a presidente". Solicitan asimismo al Ejecutivo aragonés "la realización inmediata de un estudio histórico, el cual zanje definitivamente esta problemática". "Creemos", añaden, "que teorías catalanistas como la reflejada en la publicación mencionada sobre la delimitación de las fronteras territoriales catalano-aragonesas y la débil contestación a las mismas por parte de los aragoneses han dado pie a que la parte oriental de la provincia de Huesca siga dependiendo eclesiásticamente de la diócesis de Lérida, con las consecuencias de pérdida de patrimonio cultural que de todo ello se ha derivado y con notable perjuicio de todos los aragoneses".
El escrito termina reivindicando "que tanto los catalanohablantes aragoneses como los aragoneses de cualquier modalidad lingüística tengan todo tipo de posibilidades para conocer y cultivar su lengua y cultura autóctona".
A estos incidentes hay que añadir la solicitud para realizar un campamento de muchachos catalanes, en la localidad de Benasque (Huesca), formulada con arreglo a la reglamentación de la Generalitat (véase EL PAIS del 30 de junio de 1984).
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