Nacionalistas radicales provocaron disturbios en Santiago durante la llegada de los restos de Castelao a Galicia
Numerosos incidentes, ocasionalmente graves, rodearon la llegada a Galicia de los restos mortales del líder nacionalista Alfonso Rodríguez Castelao, que ayer fue enterrado en el Panteón de Gaflegos Ilustres de Santiago de Compostela en cumplimiento de una resolución del Parlamento autónomo aprobada por unanimidad el pasado 4 de mayo. Militantes de¡ Partido Comunista de Galicia (PCG) bloquearon la comitiva oficial en el aeropuerto de Labacolla tras la llegada de¡ avión procedente de Madrid, que aterrizó con más de dos horas de retraso debido a una amenaza de bomba que obligó a retener el aparato en Barajas.
El féretro llegó a las nueve de lamañana de ayer a Madrid en un vuelo procedente de Buenos Aires. Posteriormente, fue trasladado a un avión que lo trasladaría a la capital gallega.Los incidentes más graves, una vez que los restos mortales llegaron a Santiago, se produjeron en el atrio del convento de Santo Domingo de Bonaval, donde se encuentra el Panteón de Gallegos Ilustres. Cerca de dos millares de manifestantes del Bloque Nacionalista Galego, contrarios a la "manipulación" de la herencia ideológica de Castelao que a su juicio suponía la ceremonia de retorno de sus restos, arrojaron huevos y piedras a los conselleiros de la Xunta, gobernadores, presidentes de diputación y parlamentarios gallegos reunidos en el lugar para aguardar la llegada del féretro.En el momento en que llegó al lugar el furgón fúnebre que contenía el ataúd con el cadáver embalsamado de Castelao, varios grupos de manflestantes desbordaron las vallas protectoras, lo que provocó la intervención de la policía, que realizó algunas detenciones.Previamente, en el aeropuerto, un grupo sensiblemente inferior en número de militantes del PCG habían organizado una ruidosa protesta al serles negado el acceso a las pistas, pese a la mediación del ex secretario general del partido, Santiago Álvarez. A la salida de la comitiva hacia Santiago, otro grupo bloqueó la carretera de acceso al aeropuerto, lo que provocó algunos forcejeos entre manifestantes y policías nacionales. Durante los incidentes fue retenido por la policía durante algunos minutos el vicepresidente del Consejo de la Cultura Gallega, el conocido escritor Xesús Alonso Montero.Al margen de los altercados, el ceremonial se desarrolló según el orden previsto, aunque con un notable desfase horario. El féretro que contenía los restos mortales de Castelao fue oficialmente recibido por el consejero de Sanidad de la Xunta, Javier Suárez Vence, quien firmó, en su calidad de máxima autoridad sanitaria de Galicia,el acta de policía mortuoria. Como testigos de excepción, suscribieron también el acta la hermana del líder nacionalista, Teresa Rodríguez Castelao, el presidente de la Xunta, Gerardo Fernández Albor, y el del Parlamento autónomo, Antonio Rosón.
La liturgia ceremonial del aeropuerto concluyó con el acto de cobertura del féretro con una bandera cedida por la Real Academia Gallega que había sido utilizada ya durante el entierro de Castelao en Buenos Aires en enero de 1950.El acto oficial en el convento de Santo Domingo, ya en Santiago, tuvo carácter fundamentalmente religioso.A continuación, el presidente dela Xunta, Gerardo Fernández Albor, impuso sobre el féretro la medalla de oro de Galicia, distinción creada por el Gobierno gallego y concedida por primera vez a Castelao. Concluida la n-úsa, el ataúd fue introducido en un sepulcro en el Panteón de Gallegos Ilustres, cerca de los restos de Rosalía de Castro y el poeta Ramón Cabaníllas.
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