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El Gobierno español solicita faenar en aguas de los países que le suministran pescado

El ministro español de Agricultura, Pesca y Alimentación, Carlos Romero, solicitó ayer ante la Conferencia Mundial de Pesca de la FAO, que se celebra en Roma, que los países importadores de pescado tengan derecho, como contrapartida, a faenar en las aguas de los países vendedores. La petición española, en clara referencia a Canadá y a ciertos países de la CEE, supone un intento de conseguir un equilibrio para mejorar institucionalmente las relaciones pesqueras entre los países industrializados.

El discurso inaugural del rey Juan Carlos, pronunciado el miércoles, ha causado una profunda impresión entre las delegaciones de los países asistentes a la conferencia. El sentir general es que el jefe del Estado español, en lugar de limitarse a enviar un saludo protocolario para marcar el inicio de las sesiones, hizo un profundo y ajustado análisis de los problemas que acucian al sector pesquero y bosquejó la soluciones compartidas que los Gobiernos deben adoptar para preservar la riqueza de los océanos.En la Conferencia Mundial de Pesca de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) participan 1.000 delegados de 156 países, cuyos trabajos se extenderán hasta el próximo 5 de julio.

En el ámbito de la cooperación entre Estados, el representante español señaló que la conferencia "debe alentar la transferencia de tecnología pesquera de los países industrializados a los países en desarrollo, bien mediante la constitución de empresas pesqueras conjuntas, bien en el contexto de convenios bilaterales".

Para Carlos Romero, esta tesis no debe regir en las relaciones pesqueras entre países desarrollados y en desarrollo, ya que con estos últimos "deben prevalecer", dijo, "las consideraciones de justicia distributiva internacional".

Empresas mixtas

"De esta forma", prosiguió, "se favorecerá un desarrollo integral de la actividad pesquera, tanto extractiva como comercial, mediante la formación profesional náutico-pesquera, el desarrollo de las técnicas de mercado nacional e internacional y el perfeccionamiento de los sistemas de conservación y distribución".Con esta política, a juicio de Carlos Romero, el nuevo orden jurídico de los mares "se irá haciendo efectivo en beneficio real de los Estados ribereños, sin causar perjuicio a Estados con flotas de pesca a distancia, de manera que se contribuya, al mismo tiempo, a resolver el déficit alimentario mundial y a evitar desequilibrios estructurales en las flotas tradicionales".

"España está dispuesta", dijo, "a seguir contribuyendo, como lo ha hecho hasta ahora, a la consecución de estos objetivos a escala mundial". "Por ello", añadió, "el Gobierno español está favoreciendo el desarrollo pesquero de los países ribereños, con una cooperación integral en sus aspectos económicos, técnicos y científicos, a través de acuerdos bilaterales de pesca y mediante la constitución de empresas pesqueras conjuntas, de las cuales ha creado 118, en 18 países, con aportación de 221 buques".

Carlos Romero resaltó ante la asamblea que en los acuerdos de pesca firmados por el Gobierno español con países en desarrollo se ha puesto especial énfasis en la transferencia de tecnología pesquera, formación profesional, instalación de fábricas de hielo y red de frío, y modernización de estructuras portuarias.

Por último, el representante español resaltó que España desea llegar a un entendimiento entre todas las naciones para que "se haga realidad el objetivo de una solidaridad internacional, capaz de conseguir lo que esta organización (FAO) se propone: la óptima utilización de los recursos alimentarios y la mejor distribución de éstos".

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