Felipe González prepara su primer 'reajuste' de Gobierno para antes de las vacaciones
La hipótesis de un inminente reajuste del Gobierno circula insistentemente en diversos departamentos y medios políticos. Fuentes gubernamentales apuntan que será en la primera quincena de julio y no en septiembre, como se venía apuntando hasta ahora, cuando Felipe González proceda a la primera remodelación de su equipo, que va afectar a "tres o cuatro departamentos" y muy probablemente a Transportes, Administración Territorial y Trabajo. Más que una crisis política, pues se mantiene el programa, se trata de un cambio para dar mayor cohesión al equipo.
La razón fundamental por la que el presidente parece decidido a efectuar la crisis antes de las vacaciones es la de dar tiempo a los nuevos ministros a elaborar los programas de actuación de sus departamentos y a incluirlos en los Presupuestos Generales del Estado, que deben entrar en el Congreso a finales de septiembre.El ambiente de crisis que se respira ya en varios ministerios se ha visto incrementado en los últimos días por recientes declaraciones del presidente González, única persona que, con Alfonso Guerra y tal vez Miguel Boyer, parece poseer todas las claves de una eventual remodelación. Preguntado hace dos días sobre si el verano podría ser un momento adecuado para reflexionar sobre cambios en su equipo, González, medio en serio medio en broma, admitió que, efectivamente, "podría ser una buena época" y se refirió a que el actual Gabinete es ya uno de los que más larga duración han tenido últimamente en todos los Gobiernos de Europa occidental.
Estas declaraciones han contribuido a aumentar y difundir los preexistentes rumores de todo tipo. Ayer, en los pasillos del Congreso de los Diputados proliferaban las quinielas de ministrables, y altos cargos de la Administración, en un evidente clima de nerviosismo, trataban de averiguar datos más concretos a través de los periodistas.
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Felipe González persigue con el reajuste de su Gobierno la mayor cohesión del equipo, sin cambio de programa
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La crisis que Felipe González parece dispuesto a realizar en los primeros días de julio tendrá probablemente más un carácter de mejora de funcionamiento del actual equipo que un matiz estrictamente político. De acuerdo con fuentes próximas a la presidencia del Gobierno, González se s¡ente "globalmente satisfecho" de la actuación de sus ministros, aunque entiende que algunos de ellos ya han agotado su trayectoria o están a punto de agotarla. En este sentido, medios gubernamentales conceden un peso específico nada despreciable a la opinión del titular de Economía, Hacienda y Comercio, Miguel Boyer, que parece ejercer una creciente influencia sobre el presidente.
Boyer, siempre según estos medios, se muestra a su vez contento con la marcha del equipo económico del Gabinete, y trata de preservar del cese a sus hombres más cercanos, como el polémico Carlos Solchaga, quien, apenas hace tres días, admitía que la reconversión siderúrgica, delineada por él, le satisface sólo parcialmente. Los continuos enfrentamientos de Solchaga con UGT no bastan, de acuerdo con estas tesis, para forzar su sustitución, máxime en un momento en que se inicia una delicada operación de reconversión en el sector naval.
Pero, paralelamente, han resurgido los rumores en torno al relevo en el cargo de gobernador del Banco de España, relevo que debe producirse necesariamente a comienzos de julio. Maniobras de última hora tratan de lograr, que el sustituto de José Ramón Alvarez Rendueles no sea, como todavía parece muy probable, el actual subgobernador, Mariano Rubio. Y, en ese caso, llegó a barajarse de nuevo el nombre de Solchaga para el cargo. Pero el propio ministro de Industria se mostraba ayer confiado en que este supuesto no se producirá, y parecía minimizar cualquier posibilidad de abandonó de su actual departamento.
Enrique Barón, titular de Transportes, Turismo y Comunicaciones, parece, por el contrario, crecientemente desligado del núcleo del equipo económico. Sus divergencias con Boyer en lo referente al Plan Electrónico Nacional y a los contratos -programa de Renfe y Telefónica parecen haber hecho de él lo que otro miembro del Gabinete consideró ayer: "un candidato posible, y hasta probable", al cese, "sin contar con la mala suerte que le ha perseguido prácticamente desde que tomó posesión: accidentes, huelgas en las diversas ramas del transporte...".
El ministro de Administración Territorial, Tomás de la Quadra Salcedo, es otro de los nombres unánimente considerados como candidatos al cese. "La marcha de las autonomías requiere nuevos planteamientos, nuevas ideas y nuevas formas; algo más que limitarse a administrar un ritmo de transferencias". Ésta es la opinión de una alta fuente socialista que, además, consideró que "difícilmente puede mantenerse en el puesto a un ministro con un diálogo difícil con las comunidades autónomas históricas, independientemente de quién sea el responsable último del desentendimiento". Las autonomías se han convertido, por otro lado, en una de las principales obsesiones de los máximos responsables del Estado, que consideran que la marcha del proceso es actualmente el problema número uno.
Por ello parece probable que el sustituto, en su caso, de Tomás de la Quadra, sea una figura con gran peso específico en el PSOE y aun en el actual equipo gubernamental. No se descarta, incluso, la posibilidad de que Joaquín Almunia hoy ministro de Trabajo, pasase a Administración Territorial, dejando su actual departamento en ma nos de alguna figura menos desgastada a ojos de UGT, como José Luis Corcuera, que, al margen de su peso en el sindicato socialista, cuenta con el activo de mantener una excelente relación con Miguel Boyer. Los tropiezos sufridos por el proyecto de ley de libertad sindical son otro de los motivos que abonan las hipótesis de un traslado de Almunia.
Todas las fuentes de la Administración consultadas insisten, no obstante, en que "prácticamente nadie" conoce por completo los parámetros que marcarán el desarrollo y la extensión de la crisis que, con toda seguridad, prepara Felipe González. Alfonso Guerra se limitó a subrayar ayer que constitucionalmente una remodelación del Gabinete compete en exclusiva al presidente del Gobierno, y el portavoz, Eduardo Sotillos, fue aun más parco al remitirse a las ya citadas declaraciones efectuadas hace dos días por Felipe González, añadiendo que él nada sabía por su parte.
Preparar los Presupuestos
Se consideran hitos temporales importantes para esta crisis, aparte del relevo en el Banco de Espafía, la celebración de un pleno del Congreso de los Diputados el próximo 26 de julio, y de dos consejos de ministros en agosto, así como el debate de septiembre acerca del estado de la nación y la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado para 1985, cuya entrada en el Congreso está prevista para antes de octubre.
Por lo que respecta a los Presupuestos, ya hace semanas que los ministros tienen en su poder las instrucciones del titular de Hacienda sobre sus grandes líneas, que no suponen cambio de rumbo de la política de saneamiento económico que el Gobierno practica: la contención del déficit público y de la inflación siguen siendo objetivos prioritarios.
El mantenimiento de la misma política se va a corresponder, por tanto, con un pequeño reajuste y no con una crisis amplia. La aceleración natural de diversos acontecimientos parece haber aconsejado precipitar la remodelacíón. La sustitución en la cabeza de varios ministerios precipitaría, a su vez, otras en segundos niveles, de la Administración. La dirección general de RTVE y la oficina del portavoz del Gobierno podrían ser, de acuerdo con no pocas versiones, algunos organismos afectados.
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