Campaña de opinión contra el ministro británico del Interior, Leon Brittan

El ministro del Interior británico, Leon Brittan, está siendo objeto de una campaña de calumnias desde el interior de los servicios de contraespionaje, el famoso MI-5, según la revista Private Eye. La publicación, famosa por haber desvelado muchos de los escándalos que agitaron en los últimos años la vida política inglesa, asegura que ha investigado los rumores sobre una presunta implicación de Brittan en actividades sexuales ¡lícitas y que no ha encontrado una sola prueba. El artículo está redactado de tal forma que Leon Brittan no puede querellarse contra Privale Eye, aunque el mero hecho de que su nombre aparezca relacionado con un escándalo de este tipo le perjudica notablemente.Un portavoz del ministerio se ha apresurado a declarar que Brittan, que antes de dedicarse a la política fue un conocido abogado especializado en causas contra calumnias, se querellará contra cualquier persona que se atreva a sugerir que hay algo de verdad en la historia.

Lo más preocupante para el ministro es, sin embargo, que los rumores hayan surgido del MI-5, tal y como afirma la revista. El mismo portavoz aseguró que todo eran puras fantasías, pero otras fuentes no oficiales indican que Leon Brittan ha exigido una investigación y que está dispuesto a llegar hasta el fondo de la cuestión.

La operación de desprestigio de Brittan se debe, al parecer, a que el servicio de contraespionaje está molesto por la forma en que llevó la crisis de la Embajada libia, permitiendo que sus ocupantes abandonaran el Reino Unido sin registrar sus pertenencias en busca de la pistola con que se dio muerte a una joven policía. El MI-5 puede estar también preocupado por las quejas del ministro, que acusa al servicio de contraespionaje de ineficacia y falta de conexión con sus colegas norteamericanos de la CIA. Private Eye llega incluso a sugerir que el MI-5 no quiere un ministro del Interior de religión judía.

Los rumores sobre las implicacíones de Brittan en un escándalo de índole sexual llegaron a Fleet Street hace varias semanas y dos periódicos dominicales se lanzaron sobre la pista. Ninguno de ellos logró comprobar las acusaciones y el reportaje nunca fue publicado.