La moto vaquera

Un avezado competidor de motocross se adelanta tanto a los demás corredores que queda desorientado en el desierto, precisamente en el lugar que han elegido unos científicos para experimentar con el envío al pasado de una inocente mona. Como es de suponer, es el motorista quien sale despedido al ayer, nada menos que a un siglo atrás. Su moto, su vestimenta y los cachivaches que lleva consigo sorprenden forzosamente a los violentos pobladores del Oeste, entregados a sus continuos enfrentamientos, a la violencia, a la muerte. Algunos de ellos quieren esa máquina que corre y salta, otros la temen como a la presencia del diablo, mientras a los menos fascina con curiosa normalidad.El planteamiento de Timerider no es muy original. Algunas otras películas han jugado ya con trasposiciones temporales.

Y, como también en otros casos, es el humor el camino elegido por William Dear, el director de Timerider, aunque no haya sido el que se desprende de la insinuación o la paradoja. El suyo es un sentido más burdo de la broma, quizá también porque la película es producto de un único invento; el punto de partida no se ha desarrollado luego en nuevas variantes.

En cualquier caso, la parte final del filme, cuando el conflicto se hace definitivamente violento y la solución apremia, la película adquiere una mayor soltura, un más brillante sentido del juego.