Puntualizaciones de la Compañía Ópera Popular

No pretendo en absoluto entrar en una polémica periodística, sino simplemente puntualizar y aclarar algunos temas sobre las actuaciones que realizamos el día 1 y 2 del presente mes de junio en el Teatro Principal de Valencia, las cuales han merecido una crítica publicada en el periódico EL PAÍS el pasado día 4, en la que, entre otras simpáticas cosas, se adjetiva de indecente la actuación de nuestra compañía.El que lea dicha crítica puede tener la impresión de que los espectáculos que se hicieron fueron realizados por aficionados o diletantes. Nada más alejado de la realidad, ya que todos los elementos humanos que participaron son profesionales de probada capacidad, como cualquier buen aficionado a la ópera puede saber.

Todo lo que antecede no es óbic e para que las cosas no salieran totalmente como nosotros pretendíamos, y por la parte de responsabilidad que nos toca pedimos muy sinceramente disculpas al público. Pero es aquí en donde queremos puntualizar: la responsabilidad de un espectáculo es de mucha gente y fruto de muchos factores.

¿Qué le parece al crítico periodístico el conocer que la compañía no pudo realizar ni el más mínimo ensayo en el escenario?

Al no disponer el teatro de la amplificación necesaria para ampliar el sonido de la orquesta en el escenario (más necesario en el Teatro Principal que en otros, dada su gran corbata) y no haberlo podido constatar previamente, los solistas, por no haber tenido ensayo alguno, se encontraron completamente perdidos, dado que la orquesta se oyó. poco o nada en dicho escenario, produciéndose entonces algunos desajustes y desfases musicales en el espectáculo.

En cualquier caso rechazamos por inadecuados, insultantes y de mala fe los adjetivos vertidos por el señor Amau en su crónica. Consideramos que cuando un espectáculo obtiene un resultado de público con aplausos y hasta bravos no tiene derecho el crítico a hablar de falta de decoro ni de indecencia.

Pensamos que a la ópera se la hace mal precisamente tratando de destruir los esfuerzos de quienes con entrega y gran voluntad tratamos de hacer espectáculos accesibles a todos los públicos en un país donde son más los impedimentos que las facilidades y en donde de cuando en cuando nos topamos con señores que no sabemos bien en base a qué conocimientos se erigen en jueces, cuya palabra, según ellos, es infalible, hundiendo, y en la mayoría de las veces saciando, en las críticas su propio fracaso personal.-

. Compañía Española de ópera Popular. Madrid.