El Ejercito libanés se hará cargo de la seguridad en los dos sectores de Beirut
El Gobierno de unión nacional libanés, que preside el sunita Rachid Karame, aprobó ayer un ambicioso plan de pacificación del país propuesto por Siria que prevé una reestructuración del Ejército para que éste pueda hacerse cargo de la seguridad en los dos sectores de Beirut, donde las milicias cristiana y musulmana deberán cederle el terreno. Karame calificó el día de ayer como "el más hermoso y el más difícil" de su vida, ya que "el azar de la vida ha querido que una persona muera el mismo día en que el país comienza su resurrección", en referencia al fallecimiento de su madre.
En una reunión calificada de crucial por la prensa beirutí, el Consejo de Ministros acordó nombrar al brigadier Michel Aoun -hombre cercano al presidente Amin Gemayel- comandante en jefe del Ejército, pero la máxima autoridad castrense tendrá ahora que compartir sus poderes con un consejo militar integrado por seis oficiales representantes de las principales comunidades religiosas del país, tres musulmanas y tres cristianas.Estas fuerzas armadas imparciales -hasta ahora estaban al servicio de los católicos maronitas, según la oposición musulmana- deberán retomar el control de la capital suprimiendo la línea de demarcación que la divide, obligando a los grupos armados a retirarse de las calles y permitiendo la reapertura de su puerto y aeropuerto, cerrados desde hace cuatro meses y medio. En el marco del nuevo reparto de poderes entre comunidades, los chiitas obtienen por primera vez un alto cargo policial, al ser confiada a Mustafá Naser la nueva dirección general de la seguridad nacional.
Queda ahora por ver si el acuerdo formal, adoptado gracias a las presiones sirias, será aplicado sobre el terreno por las milicias, empezando por las denominadas fuerzas libaneses (cristianas), que ayer mismo bombardearon inesperadamente el sector musulmán de la capital durante cinco horas, causando la muerte de cinco personas e hiriendo a otras 56, en una acción que la radio nacional calificó de intento de sabotaje de la labor del Gabinete", que se vio obligado a retrasar casi una hora el inicio de su reunión extraordinaria, celebrada en la localidad de Bikfaya, en plena sierra.
Las explosiones de los proyectiles sorprendieron a una población acostumbrada a una relativa tranquilidad desde el lunes negro de hace 12 días y provocaron escenas de pánico, sobre todo cerca de la elegante calle de Verdun y en el Museo Nacional, único cruce entre los sectores enfrentados.
También ayer fue encontrado el cadáver del cónsul de Austria en Beirut oeste, Gerhard Loitzenbauer, en el aparcamiento subterráneo del edificio en que vivía, en tanto que un funcionario de la embajada libia fue secuestrado en pleno día en el centro de la ciudad.
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