El mundo gastó el año pasado 120 billones de pesetas en armas
Un año, 1983, sombrío para los esfuerzos en pro del desarme y perspectivas poco alentadoras para 1984 es la visión que el Instituto de Investigaciones para la Paz y el Desarme, de Estocolmo (SIPRI), expone en su informe anual presentado ayer en Estocolmo por su director, Frank Backlaby. En sus palabras preliminares, el director de SIPRI señaló que los datos contenidos en el libro muestran una nueva y peligrosa etapa en la historia del armamentismo y una nueva fase en el enfrentamiento militar. El total de gastos militares en el mundo durante el año 1983 es estimado por el SIPRI en una cifra cercana a los 800.000 millones de dólares (alrededor de 120 billones de pesetas).El libro del año, que complementa otro informe del Instituto presentado recientemente, No al primer uso, abunda en cifras extraídas de fuentes citadas y a partir de ellas hace énfasis sobre las implicaciones que para el futuro del mundo supone la carrera armamentista, especialmente en el dominio de las armas nucleares.
El informe señala asimismo las consecuencias que para la economía mundial tiene esta política armamentista, al canalizar ingentes recursos a esa finalidad en perjuicio de la solución de graves problemas que afectan a la humanidad. El libro del SIPRI describe el desarrollo de la denominada industria de guerra en el mundo, su comercio y sus aspectos tecnológicos.
Entre los principales hechos, señala que la instalación de los nuevos misiles de alcance medio en Europa occidental ha provocado la ruptura de las negociaciones sobre armas nucleares así como la adopción de contramedidas similares por parte de la Unión Soviética. Menciona la existencia de planes por parte de Estados Unidos para el desarrollo de nuevas armas estratégicas nucleares, con la probabilidad de una respuesta similar por parte soviética.
El libro, que recoge datos muy recientes, denuncia también el uso de armas químicas en la guerra entre Irán e Irak. Como hechos positivos en medio de este cuadro sombrío, se menciona la creciente inquietud en distintos países por la amenaza de la guerra nuclear y el estancamiento del comercio de armas después de 20 años de rápido crecimiento.
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