Parada la producción de una gran empresa química alemana por residuos de dioxina

Los ecologistas de la República Federal de Alemania han conseguido una victoria importante al lograr detener la producción en la fábrica química Boehringer, en Hamburgo, al norte del país, donde se han detectado rastros de dioxina, un poderoso tóxico. La Boehringer es una de las más potentes firmas alemanas del ramo.Es la primera vez en la RFA que las autoridades cierran una empresa por razones ecológicas. La prohibición de apertura fue pronunciada formalmente el martes por un tribunal administrativo de Hamburgo. El juez prohibió a la Boehringer continuar fabricando cualquier producto de cuyo proceso de elaboración pudiera desprenderse dioxina. Éste fue el veneno que produjo en 1976 la catástrofe ecológica de Seveso, en Italia, tras la explosión de un reactor químico. Análisis efectuados en Hamburgo el pasado 6 de junio mostraron la presencia de una importante concentración de dioxina (500 microgramos por kilo) en los residuos provenientes de la fabricación de un insecticida a base de cloro. Un portavoz de los empleados de la fábrica consideraba ayer que se perderán todos los puestos de trabajo en esa factoría.

La fábrica Boehringer de Hamburgo era desde hace meses blanco de grupos ecologistas que reclamaban "castigo para quienes nos envenenan lenta pero seguramente". Manifestantes disfrazados de esqueletos, miembros de la organización ecologista denominada Robín de los Bosques, se reunían asiduamente ante las puertas de la fábrica para mostrar su protesta.

Los medios informativos han desarrollado un papel decisivo en esta lucha contra la dioxina. A finales de mayo, un programa de televisión afirmó que en la región de Hamburgo había nacido un número anormalmente alto de niños con malformaciones.