El Gobierno rumano aplica medidas drásticas para favorecer el aumento de la población
Se está institucionalizando en Rumanía una ficha ginecológica para todas las mujeres en edad fértil, a fin de luchar contra el descenso de la maternidad. La población femenina está siendo examinada, y toda mujer en la que se detecte un embarazo tendrá que llevarlo obligatoriamente a buen término.
Los médicos que practiquen la interrupción no justificada del embarazo se enfrentarán con penas de hasta 25 años de cárcel. En 1983 se dieron 400.000 interrupciones de embarazos, frente a 321.000 nacimientos, para una población de unos 22 millones de habitantes. Después de Turquía, Rumanía y Yugoslavia son los países más poblados de los Balcanes, zona que agrupa a Bulgaria, Grecia, Albania, Rumanía, Turquía y Yugoslavia.
El presidente Nicolae Ceausescu ha calificado la procreación como "el más excelso de los deberes patrióticos y cívicos". El ideal de los planificadores rumanos es lograr una media de tres a cuatro hijos por familia. Se ha pasado a proteger al máximo a las madres solteras, en contra de una mentalidad atávica que las marginaba, y los anticonceptivos han desaparecido hace tiempo de las farmacias, dando lugar a un próspero contrabando por parte de grupos italianos, húngaros y yugoslavos.
Rumanía es el país del Pacto de Varsovia que menor nivel de vida tiene. El salario medio es de 2.000 leis, y los padres sufrirán un impuesto del 5%, paulatinamente regresivo hasta hacerse nulo al llegar a los tres hijos. Empujada al ahorro forzoso, la familia rumana estaba empezando a refugiarse en el hijo único.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.