Una tanda semanal de ida y vuelta
Después de que el índice general superase en dos jornadas consecutivas el récord en lo que va de año, las dos últimas sesiones han servido para perder lo conquistado, quedando con una simbólica ganancia de 16 centésimas.La experiencia de los 15 días transcurridos desde que comenzó a operarse los lunes es un poco desconcertante. Parece como si el mercado llegase al viernes totalmente desfallecido, sin dinero a la vista con ganas de empuje. Las realizaciones de beneficios, por su parte, se notan más nítidamente que antes a partir de los jueves. Quizá aún es pronto para establecer el balance final de la semana de cinco días de contratación, pero por ahora no está ofreciendo brillantes resultados.
A pesar de las pérdidas registradas el jueves y viernes, la bolsa continúa manteniendo un fondo de resistencia muy apreciable, que se ha venido manifestando en cuanto algún título perdía posiciones: siempre ha salido dinero dispuesto a invertir a precios más bajos.
Pero tampoco se han visto muchas oportunidades de constatar la afirmación anterior, ya que el papel no ha hecho su aparición en el mercado, excepto en dosis perfectamente digeribles. Parece claro que no existe intención de vender sin alguna importante contrapartida.
Más preocupante es el volumen de contratación que se ha registrado a lo largo de la semana, inferior al de la tanda anterior, y que indica claramente que los inversores institucionales se mantienen al margen, siguiendo con lo que puede convertirse en un hábito. Los inversores particulares se han mostrado algo más activos, pero casi siempre operando a corto y en espera de salirse en cuanto obtuvieran alguna plusvalía.
Asimismo los inversores extranjeros se han retraído esta semana, posiblemente ante la elevación de los tipos de interés norteamericanos y el leve fortalecimiento del dólar. Estos hechos han afectado a los valores eléctricos y a Telefónica, que algunos días han observado una inquietante falta de operaciones.
Los bancos, por su parte, también han reflejado la apatía de los ahorradores, que parecen no verse demasiado entusiasmados en estos valores, que han tenido que cuidarse a fondo, precisamente en una temible temporada de juntas generales de accionistas. En el extremo opuesto, las sociedades de inversión mobiliaria están comenzando a llamar la atención. Este hecho no es gratuito, ya que en líneas generales estos títulos cotizan por debajo de su valor de liquidación.
Por todas estas razones, la semana que entra debe servir para continuar remontando posiciones, al menos mientras la resistencia del mercado no se derrumbe, lo que no es probable. Si no es el lunes será el martes cuando los signos positivos vuelvan a deambular por el parqué.
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