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Medio centenar de especialistas analiza en Madrid el impacto de las nuevas tecnologías sobre la vida cultural española

Medio centenar de especialistas comienzan hoy a debatir en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Madrid, bajo los auspicios del Ministerio de Cultura, el impacto de las nuevas tecnologías en la vida cultural española. Estas jornadas tienen la finalidad concreta, además de sus objetivos generales, de redactar con sus conclusiones un libro blanco de las nuevas tecnologías que sirva para elaborar propuestas de política cultural.

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La preocupación por los efectos de la que se denomina sociedad de la información ha desbordado ya las meras consideraciones técnicas y ha penetrado en el terreno de la sociología, la filosofía, la cultura o el derecho. Prueba de ello es también la celebración, a partir de hoy y durante los mismos tres días, en una sala contigua del Palacio de Congresos, de una conferencia internacional sobre los problemas de la legislación en materia de protección de datos informatizados en favor de la defensa de la intimidad de las personas, organizada por el Consejo de Europa, en colaboración con la Secretaría de Estado para la Administración Pública del Ministerio de la Presidencia.Las jornadas sobre nuevas tecnologías se proponen reunir a especialistas, animadores y protagonistas de las culturas técnicas y humanistas para hacer una recopilación crítica de las grandes tendencias que actualmente existen en España en relación con el hecho tecnológico. Por consiguiente, en las 18 ponencias de este encuentro se abordarán grandes temas como la informatización y el automatismo en la sociedad española (ordenadores personales, bancos de datos, dependencias tecnológicas del exterior, perspectivas de una red telemática nacional...) y la televisión como nuevo medio hegemónico y sus efectos sociales y culturales (televisión por satélite, cable, vídeo ... ).

También ocuparán un lugar destacado aspectos relacionados con los medios impresos y el impacto de las nuevas tecnologías (periodismo electrónico, nuevas perspectivas en la industria editorial ... ); el videocasete, el videodisco y la teleescuela; las artes del espectáculo y la aplicación de las nuevas tecnologías; la radio en la sociedad española y sus funciones en el ecosistema electoral, y la industria discográfica ante el futuro.

La dirección y coordinación de estos encuentros corre a cargo de Román Gubern, César Alonso de los Ríos y Natividad Jiménez Cámara. Junto a las discusiones teóricas se podrán contemplar exhibiciones prácticas de bases de datos, bibliotecas informatizadas, comunicación directa vía satélite, diseño asistido por ordenador, fibra óptica, microscopio de pantalla para visualización de circuitos integrados a gran escala, ordenador personal, vídeos didácticos, videolibro y servicios telemáticos (teletex, datáfono, facsímil, alarmas codificadas, videotex y teleescritura).

El Consejo de Europa y la informática

Aunque sin relación formal aparente, pero sí unida al simposio de las tecnologías en el intento de conocer algunas de las pautas de la llamada revolución de la información, se celebra también desde hoy y hasta el próximo día 13 una conferencia sobre los problemas de la legislación en materia de protección de datos. Esta reunión, en la que van a participar especialistas invitados por el Consejo de Europa, coincide con el estudio por el Gobierno español de un anteproyecto de ley de regulación del uso de la informática para la protección de los datos personales.En estas sesiones serán tratados tanto los problemas legislativos de la protección de datos como el proyecto español de ley de protección de datos, los conflictos entre la protección de datos y los intereses fundamentales del Estado, y la protección de datos y la libertad de información. El Consejo de Europa apoya de esta manera las iniciativas legislativas en esta materia, que es propia, al menos hasta ahora, de los países más avanzados en informática.

En las preocupaciones de los Gobiernos por intervenir en la sociedad de la información -en España esta intervención parece ser inminente a través de la ley de Ordenación de las Comunicaciones, en preparación- pesan, sin duda, los análisis que han hecho de esta nueva sociedad los profetas de las nuevas tecnologías.

"Mañana, con la información, todo será mejor y distinto", parecen decir teóricos de la actual ciencia de la prospección como los norteamericanos Alvin Toffler (El shock del futuro, La tecera ola y Avances y premisas) y John Naisbitt (Macrotendencias), o los ' franceses Nora, Minc (Informe NoraMinc), Michel Salomon (El futuro de la vida) y André Danzin, o el japonés Yoneji Masuda (La sociedad informatizada como sociedad postindustrial).

La sociedad de la solidaridad

En términos generales, estos profetas, que tienen una visión más materialista y compleja que la que tuvo de la sociedad del futuro el propio teórico de la comunicación Marshall MacLuhan, anuncian, gracias a las nuevas tecnologías, una sociedad de la solidaridad en la que incluso desaparecerá el poder desempeñado por el poderoso y pasará a ser compartido por todos. Sin embargo, también han señalado los peligros de utilizar unilateralmente el poder tecnológico para llegar todavía a un mayor reduccionismo y sometimiento de muchos a unos pocos que ha posibilitado la tecnología de la revolución industrial."En la sociedad de la información todos los ciudadanos estarán unidos entre sí por una red total de conocimientos dirigida hacia la formación de una conciencia global que barrerá las diferencias de culturas, intereses y nacionalidades". El profesor japonés Yoneji Masuda ha abierto con estas y otras afirmaciones una de las más apasionantes polémicas sobre los profundos cambios que ya han comenzado a registrarse en la sociedad posindustrial, sin embargo, nadie ha explicado hasta ahora cuál será la naturaleza y el comportamiento concreto de esa red de solidaridad.

Casi todos están de acuerdo, no obstante, en la consideración de la tecnología no como algo mágico ni ciego, sino como un hecho observable y medible que produce transformaciones fundamentales en las relaciones políticas, económicas y sociales, aunque estas transformaciones nos arrojen a un universo cada vez más complejo. Para unos y otros la complejidad de la sociedad actual nos sitúa en una nueva cultura donde el cartesianismo deja de tener vigencia y en la que ya no se puede separar la parte del todo ni pensar en términos mecanicistas, sino en sistemas biológicos interdependientes. Nos encontramos, por tanto, ante una sociedad compleja.

Las teorías y los estudios de estos profetas de las nuevas tecnologías tienen lecturas críticas. El esquema de la información salvadora o como panacea para los males de la "avejentada sociedad industrial" es interpretado por muchos teóricos y sociólogos de la comunicación como la persecución de una utopía. Queda sin resolver, por otra parte, qué tipos de control se establecerán para mantener a ese "gran libertador", como se ha denominado al ordenador, al servicio de la mejora de la condición humana.

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