La OTAN: perplejidades
Probablemente estén muy en lo cierto quienes piensan, desde hace ya mucho, que la estrategia del Gobierno del señor González Márquez al jugar con la ambigüedad en un asunto como el de la Alianza Atlántica está dirigida a Europa para hacer comprender a los países de la Comunidad Económica Europea que no deben poner demasiados obstáculos ni rigideces a la negociación de entrada en ésta. Y seguramente aciertan también quienes entienden que, con vistas al interior de España, esa entrada en la CEE jugará como baza para que el Gobierno se haga respaldar por su propio partido y por el conjunto de los ciudadanos la permanencia en la OTAN. Lo que no es tan claro es cómo va a cumplirse la segunda parte de esta estrategia, especialmente por lo que se refiere al asunto del referéndum o refrendo de los ciudadanos a la decisión del Gobierno. Y de aquí que, en este aspecto, vuelvan a acumularse toda clase de equívocos.Por un lado, en efecto, el presidente del Gobierno ya ha hablado abiertamente de su decisión atlantista e incluso de la rectificación de la postura de su partido en el tiempo en que estaba en la oposición, pero, por el otro, afirma enigmáticamente todo un calendario de decisiones y un planteamiento de la postura del Gobierno que no parece ser un alarde de lógica precisamente.
Al término de la reunión del Comité Federal del PSOE, en efecto, el presidente del Gobierno aseguró que antes de que en diciembre tenga lugar el congreso del Partido Socialista Obrero Español, el Gobierno adoptará su posición sobre la permanencia o no de España en la OTAN, y que, luego, habrá un referéndum, pero que la postura que defenderá el Gobierno dependerá entonces de la que adopte el congreso socialista o estará en plena coherencia con ella. Pero el Gobierno ya sabe, ahora mismo, la postura que va a adoptar, y se situará "en un abanico que abarca desde el tratado bilateral con Estados Unidos hasta la ratificación de la incorporación a la OTAN en las actuales condiciones". Pero -aún otro pero para hacer un nuevo contrapunto a las afirmaciones y rematar del todo la ceremonia de la confusión o el entramado lógico de unas proposiciones que se desvirtúan las unas a las otras-, "la opción de neutralidad a ultranza y la de integración en la estructura militar de la OTAN" estarían "fuera de lo razonable".
El referéndum sobre la OTAN, en fin, se celebraría entre enero y mayo de 1986, a pocas fechas de las elecciones generales; pero todavía no está fijada la fecha. El Gobierno goza de muy buena salud, y cuando se le mentó al presidente la posibilidad de una crisis, comentó rápida y no menos enigmáticamente: "Eso no ocurre en ningún país del mundo". ¿Se puede ir más allá en el arte de suscitar perplejidades? ¿Es también una estrategia esta siembra de ellas? ( ... )
6 de junio
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