No quiero defender al PSOE,

porque esto no es una pugna maniquea entre buenos y malos, según el prisma por donde se vea, y considero que el pueblo catalán es lo suficientemente sensato para no perderse por un nacionalismo estrecho y retrógrado que no sepa distinguir entre instituciones y personajes que lo habitan transitoriamente. En este sentido, es confortante saber que artículos como el firmado en días pasados por Jordi Solé Tura van en esta dirección, y no por eso es menos catalán que nadie, pero tiene la suficiente conciencia de una persona racional para discernir.Sobre este caos montado sobre el affaire de Banca Catalana he podido comprobar cómo hasta medios periodísticos tan prestigiosos como EL PAÍS, a la hora de la verdad, en sus editoriales sobre este caso, se repliegan, dejándonos como menores políticos a los ciudadanos cuando nos dicen que no era el momento oportuno para sacar esta querella. El análisis es brillante y justo, pero al final se achanta. Si se demuestra que el fiscal general del Estado obró por presiones o mandato del Gobierno, que para eso algún organismo habrá para poder desvelarlo, ya pueden ir dimitiendo el Gobierno entero y el señor fiscal general del Estado. Si no se puede demostrar, el señor fiscal general ha tenido que obrar tal como manda su deber. Si ha habido delación voluntaria, ya puede ir dimitiendo. Si en el juicio se prueba la inocencia de los presuntos encausados, ya sabe lo que tiene que hacer, pero si se demuestra lo contrario, contentos .podemos estar todos porque ya empieza a haber justicia igualitaria para todos, y la sociedad otro aire respiraría. Pero esto de la justicia, veo por las últimas decisiones de la Audiencia Provincial de Barcelona, de no declararse competente, que va para largo, e induce a pensar cosas que todos tenemos en la boca. En fin, habrá que esperar para poder ver que los principios de la democracia funcionan y que todos somos iguales ante la ley, aunque haya muchedumbres que apoyen lo contrario y que encima quieran ser mártires de esta causa. Verlo para creerlo./ .